| | cartas Encuentro espiritual
| El fin de semana anterior asistí a un retiro espiritual en la Casa de Fátima. Soy católico, pero no practico mi religiosidad con frecuencia, en realidad debí romper con muchos prejuicios para participar de esto. La experiencia fue increíble y muy gratificante, el viejo mito adolescente de que Dios castigará nuestros pecados toma otra dimensión en la adultez. Los sacerdotes que guían el retiro apuntan básicamente al conocimiento del individuo, pero sin perder el camino en la figura de Dios Padre. Son dos días de silencio y recogimiento. Los que participan, en un arco que va de los 18 a los 70 años, acuden en busca de ayuda espiritual, todos son creyentes pero algunos no lo eran hasta hace poco tiempo. En esos días se favorece un reencuentro con uno mismo, un planteo y un balance por la etapa que esté atravesando nuestra vida. En estos tiempos tan inhóspitos, en el cual los bienes materiales escasean y los logros espirituales no ayudan demasiado, el estar dos días con nosotros mismos y con la guía de Jesús como todo destino, puede ayudarnos a no resignarnos pasivamente a esta realidad y fortalecernos para las luchas cotidianas, que por lo que se percibe, van a ser más duras todavía. Claudio Berón
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