cartas

Para el pueblo de Lucio V. López

Esta carta va dirigida a modo de agradecimiento a toda la gente que me acompañó en la lista de elecciones del domingo pasado, a toda la gente que me alentó, a la que me votó. Hasta hace dos meses no soñaba con "hacer política". Yo soy sólo un hombre de campo, un trabajador. Vivimos en un pueblo muy pequeño a 40 kilómetros de la ciudad, calles de tierra, muchas veces intransitables, sin cloacas, hasta hace poco sin farmacia. Hay poco trabajo, como en todos lados, faltan cosas, como en todos lados. Por eso un día, cansado de escuchar quejas y de quejarme, decidí que era tiempo de hacer algo. Por eso formamos una lista. Por eso intentamos proponer un cambio. Sabíamos que era difícil oponerse y ganarle a un aparato político que ya lleva 16 años en el poder, pero quisimos intentarlo. No gané. Pero me queda la satisfacción de que no compré un solo voto. Cada voto a favor (muchos más de los esperados) fue sólo una luz de esperanza, de ilusión, no la devolución de un favor, no la respuesta a promesas que no hice. Y me queda algo de tristeza, será el sabor agrio que deja el ver a gente de mi pueblo venderse por un bolsón de comida, por unos pesos. Y mañana, ¿qué? Sin embargo quiero que sepan que esta derrota es en realidad un triunfo, ahora sí, sé que ya puesto en camino no debo abandonar. Es preciso seguir, porque la única manera de empezar a cambiar las cosas, de hacer política de otro modo, más limpia, es meterse y comprometerse, preocuparse y ocuparse. Muchos políticos ya tuvieron su tiempo, debería nacer una nueva generación de dirigentes. Tal vez así se pueda empezar a pensar que todavía nos queda una oportunidad.
Rolando Passe