| | El campo y las elecciones
| Aunque en menor grado que lo sucedido en las grandes ciudades, el ayuno electoral del domingo pasado también se verificó en el sector agropecuario. Entre los votos contrarios al gobierno, los blancos y los anulados, el campo se sumó a la mayoría que dijo basta al actual estado de cosas. Más difícil es interpretar el programa económico que sustenta a esta coalición del escepticismo. Debido a que el voto "negativo" es mudo ideológicamente, permite a los economistas de la city porteña leerlo como un voto contra "la demagogia" de los políticos que hablan de cambiar el modelo económico, o un amplio espectro de organizaciones sociales y productivas, como un voto a favor de un cambio profundo en la economía. En este marco, dirigentes de entidades de distinta índole en el sector agropecuario, realizaron sus lecturas. Eduardo Buzzi, presidente de la Federación Agraria Argentina, estimó que el domingo pasado ganó el "voto basta" contra "la traición de un sector de la clase dirigente" y contra las políticas económicas "que impiden la reactivación y que siempre arrojan los mismos ganadores". En la misma línea se expresó Mario Raiteri, presidente de Coninagro, quien se mostró convencido de que "el gobierno nacional, los gobernadores y los legisladores que ganaron deben entender que ya no pueden hacerse los distraídos con este modelo económico perverso". De hecho, tanto Coninagro como Federación Agraria están analizando por estas horas, ya despejado el escenario electoral, un plan de lucha destinado a pedir atención frente a necesidades urgentes, como la inundaciones, y estructurales, como el endeudamiento. La rueda de la protesta en el campo comenzó a andar. En términos económicos, ¿el malestar expresado en las urnas es una impugnación de la convertibilidad? Para Buzzi, "es difícil saber si la gente que votó en blanco o impugnado votaría en un plebiscito contra la convertibilidad". Sin embargo, enfatizó que "sí queda claro que hay un reclamo de cambio en las perspectivas económicas". En estos términos, el mensaje económico de las elecciones se mide en los caminos de la reconstrucción de la representatividad perdida por la clase política. "Frente a esta crisis de representatividad manifiesta, el desafío es articular organizaciones sociales que con el apoyo de determinados sectores políticos puedan canalizar una expresión de cambio ", dijo. Y agregó: "Hay que tener en cuenta que el rechazo a la clase política también dejó sin representatividad homogénea a los grupos más concentrados, que ya no tienen a De la Rúa y Cavallo legitimados". Para Raiteri, "es necesario conformar un frente común con las entidades y los sectores que defienden el pensamiento nacional y los intereses de la producción". Desde una entidad vinculada más a la innovación técnica y gestión empresarial, el presidente de la Asociación Argentina de Siembra Directa (Aapresid), Víctor Trucco, hizo su propia interpretación. "Sin querer ser defensor de esta clase política creo que las responsabilidades de lo que pasa son compartidas". "Salvo que importemos algún gobernante, la responsabilidad de salir de esta situación nos corresponde un poco a todos y la decepción en la clase política debería traducirse en una mejor actitud de cada uno para superarse", dijo y señaló que "a veces se simplifica la política y se esperan recetas mágicas, que no van a aparecer".
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