Silvio M. Valli
La presentación de la Orquesta Camerata Bern constituyó uno de los acontecimientos más destacados de la XIX temporada del Mozarteum Argentino filial Rosario. El programa elegido para desarrollar en el teatro Fundación Astengo tuvo unánime aceptación por parte del auditorio mozarteano, por su propuesta estética y amplio espectro musical. El reconocido oboísta -uno de los más destacados del mundo- y últimamente consagrado a la conducción orquestal, Heinz Holliger, dirigió a sus quince virtuosos integrantes en obras de Othmar Schoeck (1886-1957); Ralph Vaughan Williams (1872-1958); Sandor Veress (1907-1992); Carl Philip Emanuel Bach (1714-1788), y Antonin Dvorak (1841-1904). El intermezzo pastoral para cuerdas titulado "Noches de verano", de Othmar Schoeck, director de orquesta y compositor suizo es poco frecuentado en los conciertos de cámara argentinos, predispuesto gratamente, por su romanticismo y afiatadas cuerdas, a la segunda obra programada. Esta fue el "Concierto en La bemol para oboe y cuerdas", Ralph Vaughan Williams, con su movimientos rondó, pastoral, menuetto e musette finale (scherzo). Con la destacada interpretación del instrumento solista por Heinz Holliger pudo comprobarse el mérito de Williams de haber llevado la música inglesa al lugar que le correspondía a través de temas elaborados. Holliger ofreció el encore del húngaro Antal Dorati: "El malabarista". "Cuatro danzas de Transilvania", como final de la primera parte, permitió conocer a Sandor Veress, compositor, pianista y etnomusicólogo húngaro, y su personalidad musical que refleja la inconfundible huella del folclore magiar. Luego el "Concierto en Mi mayor WQ. 165" para oboe, cuerdas y bajo continuo, de Carl Philip Emanuel Bach, marcó el comienzo de la segunda parte del concierto y también un acercamiento a un compositor poco abordado, donde nuevamente el virtuosismo producto de la técnica del oboísta y director de la Camerata Bern, Heinz Holliger, y el bajo continuo de Anfreas Erisman y las cuerdas, constituyeron una grata sorpresa temática y tímbrica. Del talentoso compositor checo Antonin Dvorak, la Orquesta Camerata Bern exhumó "Serenata para cuerdas en Mi mayor. Opus 22" (1875), obra paradigmática de cómo Dvorak extrae del folclore checo el elemento rítmico. Sobre el final la orquesta suiza repitió la danza "Dobbantós", poniendo fin a la penúltima velada musical organizada por el Mozarteum Argentino filial Rosario.
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