Año CXXXIV
 Nº 49.273
Rosario,
jueves  18 de
octubre de 2001
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El presidente sigue evaluando los inminentes cambios para oxigenar su gestión
La Alianza quedó a un paso de la ruptura con el gobierno de De la Rúa
Radicales y frepasistas insisten en que sólo el cambio de rumbo económico frenaría el corte definitivo

La Alianza entró desde ayer en un virtual estado de asamblea que podría derivar en su definitivo corte con el gobierno nacional de mantenerse el actual modelo económico, pese al mensaje contrario a esta política dado por las urnas el domingo pasado. En tanto, el presidente Fernando de la Rúa sigue puliendo los inminentes cambios en el gabinete.
Los dichos de De la Rúa, quien cuestionó la campaña opositora a su gestión realizada por la Alianza, incentivó el malestar en las filas de la coalición, que decidió reclamar cambios en el rumbo de la economía como condición para su permanencia en el gobierno.
Además, los gestos de acercamiento hacia el PJ realizados desde la Casa Rosada fueron interpretados como un intento del gobierno de romper lanzas con la coalición original y cerrar filas con referentes de otros partidos. "La Alianza no se va, De la Rúa la está echando", se escuchó en boca de varios referentes partidarios.
Con la premisa de que es el presidente quien debe gobernar, y dada la coincidencia entre todos los sectores para condicionar el cambio de modelo a cualquier diálogo con el oficialismo, la Alianza inició un camino sin retorno: si hay modificaciones del rumbo, se quedan; si no son escuchados, se van. También hubo fuertes réplicas al presidente, tanto desde los más críticos hasta algunos dirigentes que hasta ahora habían mantenido una actitud conciliadora.
Entre los primeros se ubicó el senador y diputado electo Leopoldo Moreau: advirtió que si el gobierno "persiste en la sordera y una lectura incorrecta de la realidad", la UCR "debe redefinir su relación" con el Ejecutivo "y asumir una absoluta independencia del mismo".
El diputado frepasista Darío Alessandro se posicionó entre los segundos. Desde la presidencia del bloque de la Alianza, fue el encargado (en varias oportunidades) de calmar las aguas rupturistas. Enojado porque De la Rúa embistió contra el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, el frepasista recomendó al mandatario "ocuparse de los problemas del país en lugar a criticar la fuerza política que contribuyó a que fuera presidente".
"Es hora que (De la Rúa) advierta cuál es el verdadero problema, en lugar de hacer consideraciones sobre temas irrelevantes para la gran mayoría de la gente", enfatizó el legislador.
El Frepaso, que mantiene una discusión interna de larga data sobre su permanencia en el gobierno, espera que se defina la situación de su único representante en el gabinete, Juan Pablo Cafiero. El cambio en el rumbo económico y el mantenimiento de los fondos sociales condicionan la continuidad en el Ejecutivo, aunque algunos dirigentes, como el senador bonaerense Eduardo Sigal, sostienen que "a la Alianza la rompió De la Rúa".

Trabajo seguro sólo para pocos
Lo cierto es que el presidente prepara un cambio ministerial para oxigenar su gestión, donde los únicos que tienen su lugar confirmado son el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo; el ministro de Economía, Domingo Cavallo, y el canciller Adalberto Rodríguez Giavarini.
Patricia Bullrich también permanecerá en el gobierno, pero no en Trabajo sino a cargo del área social, sea en un nuevo ministerio o en una agencia que concentre la ayuda a los sectores más necesitados.
En la Rosada insisten que el ingreso de Rafael Pascual al gabinete es prácticamente un hecho, así como la salida de los ministros de Infraestructura, Carlos Bastos, y de Salud, Héctor Lombardo. La situación del jefe de Interior, Ramón Mestre, sigue siendo ambigua: hay quienes dan como un hecho su relevo, mientras que otros sostienen que permanecerá al menos hasta fin de año.
Melchor Posse fue testeado para sumarse al nuevo gabinete, aunque no estaría muy dispuesto a integrar el mismo equipo que Cavallo por no comulgar con su esquema económico. De la Rúa también evalúa unificar Educación y Justicia y elevar a ministerio el área de Turismo, que podría englobar la Secretaría de Cultura, comandada por Darío Lopérfido. La Secretaría General de la Presidencia seguiría en manos de Nicolás Gallo, y no se descarta un posible lugar para el senador ultradelarruista José María García Arecha.



Moreau no escatimó críticas al gobierno de De la Rúa.
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