Sobre siete mesas electorales en Ibarlucea, cuatro masculinas y tres femeninas, el vuelco electoral lo dio el sector de las mujeres. "Ellas apoyaron el cambio. En las cuatro mesas de los hombres hubo casi un empate, en vez en las de las mujeres se notó la decisión de animarse a cambiar", afirmó Prino. Como típico médico de pueblo, tiene muchos pacientes; es el doctor de la familia. Una anécdota pinta cómo ve la gente de Ibarlucea a Prino. "Tengo el hábito de tomar té porque el mate me cae mal, si alguien va a cualquier casa de Ibarlucea donde yo atiendo a un paciente, aunque no tomen té tienen un saquito guardado para mí. Así me aprecian".
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