Después de su elogiada ópera prima, "Pi", el escritor y director Darren Aronofsky regresa a la cartelera de Rosario con "Réquiem para un sueño", adaptación de la novela del escritor Hubert Selby Jr. ("Last exit to Brooklyn"), escrita en 1978. El filme evoca el mundo interior de los seres humanos que buscan relacionarse, amar y sentirse amados, y se constituye, según se anticipa, en una parábola de una felicidad dolorosamente encontrada y trágicamente perdida. La película se estrena en Village. "Réquiem para un sueño" se desarrolla en las playas abandonadas y en los condominios de Coney Island. Narra las historias paralelas de la solitaria viuda Sara Goldfarb (Ellen Burstyn) y de su tierno pero anodino hijo Harry (Jared Leto). Emocionada con la posibilidad de aparecer en un programa televisivo de concursos, Sara ha comenzado un peligroso régimen dietético para verse esbelta ante el público masivo. Mientras tanto, Harry y su nueva novia, Marion Silver (Jennifer Connelly), han comenzado una relación de estrecha confianza, refugiándose el uno en el otro, para intentar redimir años de soledad y dolor. Su amor forma un refugio artificial que les permite desechar el mundo real: yacen tranquilos en el piso de Marion mientras se relatan sueños extraordinarios de felicidades imposibles. Cuando Harry y su mejor amigo Tyronne C. Love (Marlon Wayans) emprenden una pequeña carrera como dealers, convirtiendo a las drogas que trafican en parte indisoluble de sus vidas, el trío comienza a sentirse casi invencible. Ahora que Sara, Harry, Marion y Tyrone han encontrado la calma por sus primeros triunfos, se convencen de que los fracasos inesperados son meramente temporales. Sara, demacrada y cada vez más desorientada, se encierra en su departamento donde es acosada por alucinaciones. Harry y Marion, que se aferran tenazmente a sus esperanzas más oscuras, empiezan a traicionar su amor. Perdidos y sin ayuda alguna del exterior, cuatro seres humanos se hunden más y más en una vorágine de desesperación y autodestrucción mientras presencian la transformación de sus sueños en pesadillas. Con "Pi", Darren Aronofsky logró un prodigio de los que le gustan a Hollywood: hizo un filme con muy poco dinero (60 mil dólares) y tuvo una recaudación millonaria. La industria del cine no dudó en llamarlo y ofrecerle facilidades para que realizase su segunda película.
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