Dos pasajeros de un colectivo del transporte urbano resultaron ayer con lesiones leves como consecuencia del ataque de un francotirador, ocurrido durante la tarde en el macrocentro de la ciudad y que voceros policiales atribuyeron al Loco de la Escopeta.
Según se informó en la comisaría 1ª, el episodio ocurrió alrededor de las 15.30 y tuvo como protagonista al interno número 40 de la línea 144 del transporte urbano. El colectivo, conducido por Carlos Molina, recorría avenida Pellegrini hacia el este y al llegar a la altura de la intersección con calle Alem sufrió el impacto de un disparo en una de sus ventanillas.
"Las esquirlas de los vidrios produjeron heridas a dos de los pasajeros, por lo que el chofer detuvo de inmediato la marcha, a fin de darles asistencia", informó un vocero de la seccional de Juan Manuel de Rosas al 1300.
De inmediato se presentaron en el lugar efectivos de la seccional 1ª, quienes "hallaron en la calle un taco de cartucho de escopeta o pistolón y dentro del colectivo restos de municiones".
Los pasajeros heridos fueron identificados por la policía como Esteban Arrúa y Georgina Bauchaco, quienes sufrieron heridas superficiales en el rostro. "De todas maneras se los derivó al sanatorio Plaza para comprobar que no hubieran quedados restos de vidrio en los ojos, lo que por suerte no ocurrió", agregó el vocero policial.
Hipótesis
El episodio resulta idéntico a los que desde 1992 perpetra el llamado Loco de la Escopeta, ya que como en tantos otros episodios el ataque consistió en hacer un solo disparo y en elegir como blanco un colectivo del transporte urbano.
Sin embargo, la policía tenía ayer algunas dudas, dado que el Loco de la Escopeta nunca actuó en zona de la seccional 1ª. "Hay dos posibilidades: o el tirador cambió de zona o se trata de otra persona que lo quiere imitar", se indicó.
No obstante, otras fuentes se manifestaron convencidas de que se trataba del misterioso Loco y recordaron que "al aumentar la vigilancia en la Terminal de Omnibus, donde había atacado un par de veces, se corrió hacia la zona norte". Al igual que en otros episodios, ningún testigo se percató ayer de la aparición del francotirador ni pudo observar nada que pudiera contribuir a su identificación.
Mientras tanto, "se hacen pericias técnicas para establecer el calibre del cartucho, las dimensiones de los perdigones y él ángulo de disparo", informó la comisaría interviniente.
El hecho ocurrió en circunstancias en que el juez correccional Héctor Nuñez Cartelle desarrolla una investigación sobre episodios anteriores del francotirador. En esta causa se encuentra involucrado un suboficial de la Unidad Regional II, quien permaneció varios días y fue puesto en libertad durante la semana pasada.
En relación con esta investigación, la División Criminalística realizó una serie de pericias sobre armas incautadas al sospechoso, cuyos resultados permanecen aún en secreto. Por otra parte, se conoció ayer un fotofit del francotirador, elaborado en base a la descripciones aportada por dos menores que dijeron haberlo visto.
Historia antigua
El primer caso atribuido al Loco de la Escopeta ocurrió el 13 de noviembre de 1992. Desde ese momento hasta la actualidad, según los registros policiales, atacó por lo menos sesenta y siete veces. El área de los ataques estuvo dada en la zona oeste de la ciudad, particularmente en jurisdicción de la comisaría 14ª, donde numerosos negocios y colectivos del transporte urbano sufrieron las misteriosas agresiones.
La policía considera que el francotirador es responsable asimismo de la muerte de Carolina Salgado, una joven que recibió un disparo de bala el 7 de enero de 1994, cuando se hallaba en Córdoba al 4400.
La Ciudad
