Washington. - En una guerra ilimitada contra el terrorismo muy distinta a los conflictos del pasado, el gobierno de George W. Bush advierte que aún un éxito en Afganistán no implicará una salida eficaz y expeditiva.
La Casa Blanca empieza a pensar qué ocurrirá en Afganistán cuando la ofensiva encabezada por Estados Unidos logre -si lo consigue- desarraigar la red terrorista de Osama Bin Laden y aplastar a sus protectores del régimen del Talibán. Más allá no hay clara solución a la vista.
"Esta será una guerra larga", advirtió Bush recientemente. "Requiere comprensión y paciencia del pueblo norteamericano".
Al contrario que en muchas guerras en el pasado, las tropas que combaten a los terroristas no pueden sencillamente irrumpir en territorio enemigo, eliminar al adversario e irse. En Afganistán, por ejemplo, Estados Unidos se verá presionado a asegurarse de que cualquier gobierno que suceda al Talibán sea suficientemente estable como para impedir otro estallido de guerra o un nuevo apoyo a los terroristas.
Sin una fecha de finalización
Aunque Estados Unidos liquide la red terrorista de Bin Laden en Afganistán, se cree que la campaña estadounidense seguirá más allá. Pocos expertos consideran que se llegará al momento en que los líderes occidentales declaren haber ganado la guerra contra el terrorismo.
Las estrategias aplicadas a guerras anteriores prácticamente no sirven. Aun el secretario de Estado Colin Powell admite que la llamada "doctrina Powell", de establecer objetivos claros y luego apelar a una fuerza abrumadora para conseguir el triunfo, no es aplicable por la imposibilidad de determinar cuándo declarar victoria.
En cuanto empezó la ofensiva en Afganistán, el secretario de Defensa Donald Rumsfeld dijo que los ataques eran parte "de un esfuerzo mucho mayor contra el terrorismo mundial", que probablemente se prolongará "por un período de años, y no semanas ni meses".
Michele Flournoy, ex estratega del Pentágono, comparó la guerra contra el terrorismo con otra similar, contra el delito. "¿Existe alguna estrategia de conclusión en esa lucha, en la que uno termine la administración de la justicia, en la que uno termine la tarea policial para pensar que nunca va a haber más delitos? Por supuesto que no", concluyó Flournoy, asesor del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales.
Pero algunos críticos temen que trazar un plan y un plazo para retirarse es el único medio de impedir que la campaña antiterrorista se convierta en otra Bosnia-Herzegovina, en la que las fuerzas de paz norteamericanas siguen años después del momento en que se esperaba regresaran a casa, o aun en un nuevo Vietnam.
El vocero de la Casa Blanca Ari Fleischer dice que Bush se opone a la idea de dejar tropas en Afganistán indefinidamente y a la idea de usar tropas para actividades de reconstrucción, como levantar escuelas y organizar una sociedad civil. Bush ha dicho que las Naciones Unidas podrían dirigir dichos esfuerzos.
Además, la campaña es más difícil de definir porque las autoridades estadounidenses siguen tratando de determinar la fuente de las amenazas. "¿Quién habría pensado que un par de individuos con cuchillos en un avión podrían convertirlo en bombas que destruyeran el Centro de Comercio Mundial?", se preguntó Harland Ullman, analista de seguridad nacional en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. "¿Cómo se lidia con eso? No hay orden de batalla. El problema aquí es que, como no es una guerra, y como se trata de una campaña en curso, podría no tener fin. Es como la lucha contra el cáncer y la enfermedad. Uno sigue siempre adelante", concluyó. (AP)