El gobierno nacional intentará avanzar con los gobernadores ofreciendo un plan de canje de deudas para destrabar el conflicto en torno a los recursos de coparticipación federal, un elemento clave para definir nuevas reglas de juego que permitan cumplir con el déficit cero y al mismo tiempo aliviar la insoportable carga financiera que tienen las provincias. Para vencer las resistencias de las jurisdicciones que mantienen sus cuentas más o menos ordenadas y no están dispuestas a perder el piso, el gobierno negocia contrarreloj la posibilidad de cancelar una parte de sus deudas contraídas durante el año en curso. En este grupo están Santa Fe, San Luis, Santa Cruz y La Pampa.
La deuda de la Nación con todas las provincias asciende a 1.200 millones de dólares. Unos 675 millones serían deudas contraídas o a contraer hasta el mes de octubre inclusive, y además están pendientes el envío de otros fondos específicos, como el de electricidad, Fonavi (en este caso se cobra en bonos) y déficit en las cajas de jubilaciones no transferidas.
Fuentes del gobierno provincial no quisieron ayer dar demasiados detalles de las negociaciones. Sólo dejaron trascender que en todo caso el resultado de las tratativas no harán otra cosa que perjudicar a Santa Fe.
Fuentes del gobierno nacional consignaron que las autoridades santafesinas ya aceptaron los Lecop (Letras de Cancelación de Compromisos Provinciales), los nuevos bonos nacionales que se emitirán para facilitar el pago de jubilaciones, salarios y proveedores. De todos modos, ello no significa que se instrumentarán en Santa Fe, algo que las autoridades de Hacienda provincial guardan como última carta, para el caso de que el flujo de recursos nacionales se complique aún más y la recaudación propia continúe deprimida.
Cavallo pretende eliminar la suma fija de coparticipación por un giro atado en base a lo recaudado. Algo que viene realizando desde hace varios meses de forma regular, a contramano de lo acordado en el último pacto fiscal, que establecía un monto fijo de 1.364 millones de dólares mensuales para las 24 provincias.
Además de pagar las obligaciones inmediatas, los Lecop servirán para reemplazar los bonos en circulación o para el pago de impuestos nacionales. La nueva emisión se garantizará con el impuesto al cheque.
La estrategia del gobierno nacional busca trasladar la carga financiera de las provincias del último trimestre de este año y todo el 2002 para el período siguiente. La reestructuración de pasivos provinciales, que suman en conjunto unos ocho mil millones, se realizaría por medio de un rollover, es decir la autorización de los bancos para postergar el pago del capital de un préstamo. Economía ya arribó a un preacuerdo con las entidades financieras, pero todavía no están definidas las tasas de interés, los vencimientos y los montos de los créditos. Los funcionarios del Palacio de Hacienda ajustaban anoche los últimos detalles de la propuesta que se hará extensiva a los gobernadores.
Los préstamos que las provincias tienen tomados hoy tienen un costo, según los contratos que los convalidan, de la tasa encuesta del Banco Central más una determinada cantidad de puntos básicos, dependiendo de los plazos y montos. Por lo general se aplica un factor de multiplicación de 1,6 ó 1,8.
Este factor multiplicador que complica las finanzas de la mayoría de las jurisdicciones será eliminado, reconoció uno de los banqueros que integra las negociaciones para el canje. Entre las entidades que participan están el Galicia, Francés y el Río.
Como moneda de cambio, el ministro de Economía pedirá el apoyo político para que el Congreso apruebe una ley para garantizar los nuevos bonos o préstamos con la recaudación fiscal, así como nuevos ajustes en el sector público.
"Hay que ver si todas las provincias ingresan en esta operatoria y cómo se desarrollan las negociaciones entre el Ejecutivo y los gobernadores", señaló expectante un banquero.
Distintas fuentes provinciales aseguraron que aún "no" conocen los términos en los que trabaja Economía, lo que ha generado inquietud y preanuncia una prolongación de las negociaciones hasta tanto la propuesta sea aprobada por cada jurisdicción y luego en forma conjunta.
Primero con los amigos
En este marco, Cavallo y el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, serán quienes negocien en primera instancia con los gobernadores de la Alianza, mientras que estarán on line de lo que vaya sucediendo en el búnker de los mandatarios justicialistas en el CFI (ver aparte).
El acuerdo con los gobernadores es clave para poner en marcha todo este andamiaje financiero. En caso de lograrse, también se deberá obtener el compromiso de los legisladores para que avalen la garantía de la nueva deuda con los ingresos fiscales.