Año CXXXIV
 Nº 49.272
Rosario,
miércoles  17 de
octubre de 2001
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El cosmo tambalea

El concepto de cosmo, aunque en sus modernas interpretaciones haya perdido gradualmente su significado metafísico originario, ha sido siempre base sólida de toda concepción del mundo. Esta idea representa simbólicamente la evidente importancia de la primitiva filosofía espiritual dentro de la formación del ser humano, conformación de éste en la ordenación del planeta y de la vida. Y hay quienes creen que es como una síntesis del universo donde se hallan explicadas las relaciones de los seres que configuran el mundo. El ataque a las torres gemelas ha demostrado que lo dicho es un ideal irrealizable. No se puede entrar a discernir sobre la infinita multiplicidad de la vida, de las constituciones políticas y religiosas del orbe. La realidad social del mundo donde la mayoría sufre hambre y miseria mientras otros viven en la opulencia: esa es la diametral diferencia que hace que el orden cósmico tambalee. Cuando dos aviones destruyen el centro universal de la economía y hacen fluctuar como una débil cáscara de nuez en el océano a un poderoso imperio, el mundo civilizado ajeno a estos conflictos económicos y religiosos no puede sustraerse al terror porque él también pertenece a este mundo. El enemigo es muy pequeño pero impregnado de un ciego fanatismo virulento necesita que se lo observe microscópicamente. Mientras muchos duermen no reparan ni sospechan que este minúsculo monstruo haga tambalear al cosmo con peligro de que desaparezca la humanidad entera. Al paso de los sucesos con el correr de los siglos los descendientes de los muy pocos sobrevivientes de esta catástrofe se formularán la siguiente hipótesis: ¿Esta raza que según los teosóficos es la quinta que ha poblado al mundo, habrá desaparecido también como los dinosaurios?
Roberto Linares


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