Año CXXXIV
 Nº 49.272
Rosario,
miércoles  17 de
octubre de 2001
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El charrúa errante
Central Córdoba desperdició varios goles y apenas empató 1 a 1

Gustavo Conti

Ni Parentini, el temible goleador caricaturizado por Dachi en las páginas de este diario, sería capaz de comerse los goles que desaprovecharon ayer los jugadores charrúas, y que en definitiva lo privaron de sumar una victoria indispensable en el otrora inexpugnable Gabino Sosa. Envuelto en la medianía de la mayoría, pagando las consecuencias de los desaguisados de pretemporada y mientras el plantel espera cobrar el viernes los sueldos de agosto, que debieron ser pagados hace cinco días, a Central Córdoba se le hace difícil despegar en ese contexto, aún cuando enfrente tenga un rival tan limitado como Racing de Córdoba. Por eso volvió a dividir y el promedio sigue quieto.
Córdoba fue siempre, dejó sudor y varios lesionados en el camino para conseguir el objetivo, pero cuando estuvo frente a Labarre la tiró afuera o se la hizo fácil al volador arquero del barrio Nueva Italia. Y así es muy difícil ganar. Si hasta después de tanto ir e ir debió agradecer al final a las manos de Cancelarich y a su palo izquierdo haberse quedado al menos con un punto, cuando en tres contragolpes mortíferos Racing casi lo liquida.
La madurez del Tele Medina (junto a Cancelarich sin dudas los jugadores más importantes del plantel charrúa), la sobriedad de Celebroni en el fondo, el esfuerzo del reaparecido Paquez y la inteligencia que asomó por vez primera en Tablada de Pavoni hicieron que Córdoba se acercara a Labarre, aún asimilando el primer impacto cordobés, luego de que el eterno Luis Sosa le diera un pase de galera y bastón al movedizo Gaboardi, para que dejara mudo al semivacío Gabino.
Pero pese a llegar rápido al empate (salida rápida desde el fondo, pase perfecto de Santa Cruz a Medina, resolución rápida del Tele dentro del área y toque goleador de Pavoni), a Córdoba no le alcanzó la hora y pico que faltaba para desnivelar. El mismo Chivo, Uranga -que entró con el pie derecho pero se fue con el izquierdo lesionado a los 5 minutos- y Santos por dos veces la tiraron afuera o al bulto, cuando el gol parecía cantado, y entonces a Córdoba no le quedó otra que lamentarse y dejar en segundo plano el claro penal que ignoró Ferro por falta del arquero cordobés a Celebroni, al final del primer tiempo.
Falta mucho aún pero la realidad es desalentadora. Córdoba no está peor que la mayoría de los clubes de la B Nacional, pero su promedio le agrega un plus importante de pesimismo. Contra él luchan jugadores y cuerpo técnico. Contra Racing se vio que hacen lo mejor que pueden.



El partido se jugó con todo pero Córdoba no pudo.
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