Año CXXXIV
 Nº 49.261
Rosario,
sábado  06 de
octubre de 2001
Min 14º
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cartas
Descreimiento y falta de fe

Sabemos que el sistema democrático no es perfecto. También que es el mejor de los sistemas de gobierno. Para que así sea, tiene que haber conciencia democrática. El pueblo debe creer y los que reciben el mandato para representarlo tiene que ser honestos, idóneos, responsables, demostrando su vocación de servicio al pueblo y a la Nación. En 18 años de democracia, desde octubre de 1983, son pocos los que han dado y ejercido con esa imagen. Si no fuera así, Argentina no estaría como está. Hoy, decir los políticos significa que los que ejercieron la función pública son los responsables de lo peor. La voz de la opinión pública, lo dicen las encuestas, habla de un gran descreimiento y falta de fe, tanto en los políticos como en sus promesas, plataformas electorales, el sistema en sí. Hay responsables. Para colmo, se han colocado como una clase social privilegiada. ¿Todos ricos y famosos? Sabido es que los políticos no hacen cortes de ruta. ¿De dónde salen los candidatos? ¿Acaso, los partidos políticos pueden mirar para otro lado? No son responsables de las listas que ofrecen al pueblo. La juventud, científicos, técnicos, no encuentran espacio dentro de Argentina y buscan irse. Descreimiento y desesperanza. Por el otro lado, ñoquis, jubilaciones de privilegio. senadores nacionales envueltos en el escándalo. Más de cien mil millones de dólares de ciertos argentinos en el exterior. Despilfarro y privilegios. Mientras el pueblo es azotado por la desocupación, la pobreza, la miseria y hasta el hambre. Parece que los aventureros encontraron en la política el vivir a "costilla del pueblo".
Ricardo J. Grau


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