Año CXXXIV
 Nº 49.261
Rosario,
sábado  06 de
octubre de 2001
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En Casilda se pudieron comprobar varias apuestas clandestinas
Preocupante avance del juego ilegal en agencias oficiales de la provincia
El titular de la Lotería de Santa Fe, Oscar Donayo, dijo que el organismo tiene a varias ciudades en la mira

Gustavo Orellano

Casilda. - El juego ilegal está enquistado en la red de agencias oficiales de la Lotería de Santa Fe y representa un escollo para mejorar la recaudación en algunas localidades, en las que la venta de quiniela por habitante está por debajo de la media provincial, unos 5,20 pesos. "Las cifras que tenemos nos hacen presumir que habría apuestas clandestinas en agencias oficiales", reconoció a La Capital el presidente de la Caja de Asistencia Social y Lotería de Santa Fe, Oscar Donayo, quien aseguró haber intimado a varios permisionarios a mejorar su recaudación.
"Saben que tenemos indicios de cómo actúan y que si no cumplen con las normas establecidas van a perder su permiso", dijo el funcionario.
Si bien durante los primeros ocho meses del año la provincia recaudó con el juego más de 100 millones de pesos -un uno por ciento por encima del período anterior- el ingreso pudo ser mayor sino fuera por la cantidad de apuestas clandestinas.
El organismo provincial estima que el negocio ilegal retiene el 40 por ciento de las apuestas, aunque aún no evaluó la cantidad de dinero que deja de ganar a raíz de la actitud de algunas agencias oficiales.
"A menor recaudación mayor juego clandestino", sintetizó Donayo en relación con las localidades que están en la mira. Cañada de Gómez (con más de 20 mil pobladores) encabeza la lista de los que menos recaudan: apenas llega a 1,80 peso por habitante, casi 3,50 pesos debajo del promedio provincial.
Luego siguen Villa Gobernador Gálvez, Pérez, Reconquista, Capitán Bermúdez, Villa Constitución y Casilda con un promedio de entre 3,10 y 3,80 pesos. De las grandes ciudades sin observaciones Rosario vende por habitante 5,10 pesos y Santa Fe 6,50.
Si bien Casilda se ubica en el séptimo lugar en el ranking de las ciudades importantes que menos recauda tiene una particularidad agravante: es la cabecera del departamento con la venta de quiniela por encima de la media provincial, su recaudación por habitante es la más baja de esa jurisdicción, exceptuando a Arteaga. Eso significa que gran parte del dinero del juego termina en el mercado negro, según sospechan los directivos de la Lotería.
Se estima que el 40 por ciento del paquete de la quiniela en Casilda queda en manos oficiales y el resto en las clandestinas. La Caja de Acción Social recibe de las cuatro agencias y quince subagencias casildenses unos 100 mil pesos mensuales, recaudación que podría duplicarse si las apuestas clandestinas fuesen tomadas legalmente. A eso debe sumarse el dinero que la provincia pierde por la venta de quiniela en lugares no habilitados como quioscos, verdulerías o los míticos vendedores ambulantes.
Según se pudo constatar en por lo menos diez subagencias oficiales se levanta juego clandestino hasta minutos antes de los sorteos y que sólo alcanza con un numerito para detectar el irregular comportamiento, que parece gozar de absoluta impunidad. La policía dice no tener elementos que prueben tamaña anomalía (ver aparte). Una seducción del juego clandestino es un descuento del 20 al 30 por ciento, la popular chispa, que no hacen los agencieros oficiales.
En varias subagencias oficiales los vendedores no tienen reparo en preguntar a los clientes si quieren jugar a la quiniela oficial. Directamente asientan la jugada en un papel como única constancia, que carece de validez. Al juego clandestino tradicional de Casilda lo sostiene no más de dos banqueros, mientras que la quiniela ilegal dentro de sistema oficial tendría como principal capitalista a un subagenciero, que en los últimos años incrementó notablemente su patrimonio. El manejo consiste en descargar un porcentaje de las apuestas al juego oficial y retener el resto para pagar premios y otros gastos extras que posibilitan el rentable funcionamiento del corrompido sistema.
Los agencieros oficiales casildenses conocen el problema, aunque prefieren no denunciar a sus subagencieros que estarían trabajando al margen de la ley por temor a represalias. "Ya denuncié una vez y me amenazaron. Tengo familia y no quiero problemas", dijo uno de ellos.
Sin embargo, el presidente de la Asociación de Agencieros Unidos del Sur Santafesino, Norberto Morelli, instó a sus colegas a denunciar esas anomalías porque "quienes trabajamos por derecha no podemos permitir que gente clandestina se infiltre en nuestros comercios".
Un subagenciero que depende de Morelli, José María Renzi, consideró que "nadie podría trabajar con tanta impunidad si no hubiera algunos se hacen los distraídos cuando deberían actuar".
"La Lotería de Santa Fe -añadió Renzi- tendría que mejorar los mecanismos de control para impedir el juego ilegal dentro del sistema y es necesario que la gente tome conciencia de que el dinero que apuesta en la oficial va a acción social, salud y educación".

La policía busca pruebas
Sobre la problemática de la quiniela clandestina en Casilda, el jefe de la Unidad Regional IV de Policía del Departamento Caseros, Raúl Plevani, dijo tener "precisas instrucciones para combatir el juego ilegal, tanto en la vía pública como en lugares físicos". En esa línea aseguró que "cuando las inspecciones son positivas solicitamos un allanamiento para actuar".
Plevani destacó que este año fueron detenidos varios vendedores ambulantes de quiniela clandestina y que ninguna agencia ni subagencia fue clausurada por juego ilegal.



Los "papelitos", la prueba del recurrente negocio marginal.
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