Washington. - El presidente de EEUU, George Bush, y sus principales asesores económicos dejaron entrever ayer algunas de las ideas que están manejando para integrar el paquete de estímulo con el cual pretenden reactivar la economía. La situación ya era grave antes de los atentados del 11 de septiembre, con las Bolsas en caída, el desempleo en aumento, los consumidores perdiendo cada vez más la confianza. Pero el impacto económico de la acción terrorista fue enorme, y EEUU intenta evitar que la recesión sea aún más profunda y más larga que lo que se temía.
El paquete de medidas de estímulo que prepara la Casa Blanca a pasos acelerados -podría estar listo para la semana próxima- debe reactivar la economía a corto plazo, pero teniendo el especial cuidado de no abusar del recurso del gasto del Estado para inyectar dinero en el mercado, para no aumentar el déficit fiscal. Y mucho más, considerando que el gobierno de Bush ya recortó los impuestos, y está proponiendo volver a recortarlos aún más, como otro recurso para estimular la economía: la idea es que el ciudadano inyecte efectivo, gastando en el mercado la devolución de impuestos.
Pero, ¿de dónde saldrá el dinero para financiar los nuevos gastos del Estado destinados a reconstruir o apoyar lo arruinado o lo afectado por los atentados y a estimular la economía en general, si al mismo tiempo se recortan los impuestos?
Jaque a la seguridad social
Los números rojos del gasto del gobierno de EEUU se tapan con lo que se "toma prestado" de los fondos de la seguridad social. Hoy todavía está en actividad la generación del "baby boom", así que son muchos más los ciudadanos que trabajan y aportan, que los que están retirados y cobran. Este superávit es a lo que el gobierno está echando mano. Pero cuando los "baby boomers" se retiren, la situación será exactamente la contraria. Y ese día, nadie sabrá si habrá dinero suficiente en los fondos de la seguridad social para pagar las jubilaciones y pensiones de todos los que tienen derecho a cobrarlas.
Por eso, antes del 11 de septiembre Bush había propuesto analizar la privatización de la seguridad social, a lo cual muchos se oponían indicando que no era el sistema el que fallaba, sino que era el gobierno el que tenía que dejar de utilizar esos fondos para otros fines.
Ahora, toda esa discusión quedó en la nada, y la gran mayoría de los legisladores están dispuestos a recurrir nuevamente a los fondos de la seguridad social para financiar otros programas estatales que inyecten dinero en esta economía recesiva.
El asesor jefe en temas económicos de Bush, Glenn Hubbard, atestiguó ayer ante la Comisión de Presupuesto del Senado para aclarar las dudas de los legisladores, que están ya estudiando qué se puede hacer para evitar caer en recesión. O para salir de ella, porque según entienden algunos, la recesión está ya instalada.
El problema fiscal
El presidente de la Comisión, el demócrata Kent Conrad, advirtió que no está dispuesto a votar "a diestra y siniestra" todo tipo de aumento del gasto del Estado con la idea de estimular la economía al mismo tiempo que se continúan haciendo recortes en los impuestos, porque eso llevaría, señaló, a una crisis de déficit del sistema de seguridad social. "Estoy intentando mirar el largo plazo del presupuesto, no sólo hacia 2002 y más allá, sino mucho más allá, y lo que yo veo es un mar de tinta roja", señaló Conrad. "Quiero decir, veo que cientos de miles de millones de dólares de impuestos a la seguridad social están siendo usados para pagar otras operaciones del gobierno; estoy hablando de cientos de miles de millones de dólares". "Así que quiero decirle a usted -señaló Conrad dirigiéndose a Hubbard, hombre clave en la Casa Blanca en el diseño de este paquete de estímulo que debe conseguir después la aprobación del Congreso- "que voy a oponerme a reducciones de impuestos permanentes coestímulo. Y gasto, por la misma exacta razón: que creo que ya tenemos muy serios problemas a largo plazo".
Hubbard admitió que el problema fiscal debe ser tenido en cuenta "muy seriamente" al momento de diseñar el paquete de estímulo. Por otra parte, Hubbard evaluó que existe la posibilidad de que el crecimiento sea negativo para 2001, por lo cual "la pregunta que hay que plantearse es cuál es el camino para el año próximo". "Pienso que los pronósticos para el corto plazo no son buenos, pero quiero compartir con ustedes la visión de la mayor parte del sector privado, de que con decisiones prudentes en el Congreso y la administración, tenemos razones para creer que la recuperación comenzará durante 2002", dijo Hubbard. (DPA)