Año CXXXIV
 Nº 49.258
Rosario,
miércoles  03 de
octubre de 2001
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Ortodoncias: ¿Son mejores los aparatos fijos o removibles?

Todos los ortodoncistas escuchamos siempre estas preguntas, y aunque no quisiéramos enfrentarnos a la oferta y demanda, no nos queda más remedio que asumirla, sobre todo en lo referido a los costos. Este es el punto de partida de una situación que nos ha superado. Para responder a esas preguntas hemos transitado por el largo camino de la capacitación y hasta el de la especialidad, y por fáciles y simples que parezcan, encierran un contenido muy amplio que debe ser respondido.
Todo surge de la división entre ortopedistas y ortodoncistas, unos europeos y otros americanos, quienes estudiaban el efecto de los aparatos ortopédicos removibles y el de los aparatos ortodóncicos fijos.
La ortopedia funcional de los maxilares es la ciencia que estudia todos los mecanismos de crecimiento y desarrollo de los huesos, músculos y dientes, observando los procesos normales que llevan a una mordida ideal, y también reconociendo el crecimiento alterado que conduce a problemas en la formación de la dentición.
Cuando no hay un crecimiento normal aparece la maloclusión, que se observa con problemas de mordida, dientes hacia adelante o hacia atrás, relacionados también con posiciones adelantadas o retruídas de los maxilares, mordidas abiertas o profundas, apiñamientos y malposiciones dentarias, aumento o disminución del tamaño de los huesos y de los dientes, y otros.
La detección de las causas de la anomalía surgen de una historia clínica correcta donde se analizan cargas genéticas y ambientales que pudieron provocar la maloclusión. Se controlan los hábitos de alimentación desde antes del nacimiento con la madre embarazada, la lactancia, el uso del chupete y la mamadera. Todo es importante para realizar un correcto diagnóstico.
Si es necesario se solicitan estudios radiográficos, se hacen estudios de modelos y recién se llega a las conclusiones diagnósticas.
Allí es cuando llega el momento de decidir el tipo de aparatología y las etapas de tratamiento. Porque si se trata de un niño de cinco años, con un hábito de succión de chupete o de dedo, que impide el normal desarrollo de los maxilares, debemos usar una aparatología interceptiva para evitar la deformación de los dientes y huesos, mediante un sistema removible que puede durar muy poco tiempo si se usa correctamente.
Si en cambio se trata de un niño de mayor edad, con un problema más severo, se efectuará un tratamiento más complejo que puede requerir el uso de más de un aparato, durante más de un año de terapia.
Cuando se ha completado el crecimiento y el problema pasa a ser puramente dentario, por lo general se usan aparatos fijos que trabajan sobre los dientes, teniendo también alguna influencia, según la edad, sobre los huesos de soporte.
Todo el proceso es complejo y requiere conocimiento y práctica clínica. Lo ideal sería hacer una consulta preventiva en los niños para observar cómo se está organizando la oclusión.
También es posible efectuar ortopedia sin aparatos. Se realiza una guía de oclusión y se van acomodando los dientes en el momento oportuno.
Elena Faini
Odontóloga



La aparatología varía según las etapas del tratamiento.
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