La televisión norteamericana -y por lo tanto las de todo el mundo- ha reaccionado a los hechos del 11 de septiembre con una mezcla de extrema delicadeza y de energía, que constata que en la información del conflicto que vendrá la prudencia reemplazará a la objetividad. La cobertura continua más larga de la historia de la televisión fue seguida, según la Nielsen Media Research, por setenta y cinco millones de personas, más que durante las pasadas elecciones, pero casi diez millones menos de quienes vieron la final de la SuperBowl.
Las cadenas CNN, Fox News Channel y MSNBC incorporaron en la pantalla iconos de banderas estadounidenses, al tiempo que sus conductores utilizaban los listones de colores rojo, blanco y azul, excepto en la versión en idioma español de la señal CNN. El "nosotros" comenzó a ser utilizado para aludir a los sujetos del ataque en lo que fue una abierta expresión patriótica de empresas periodísticas que deberían cuidar más las apariencias, al tiempo que el nivel crítico descendía y las manifestaciones pacifistas -como lo denunció la organización no gubernamental "Justicia y Objetividad en la Información"- no gozaban de repercusión en la prensa.
Internet, una herramienta
La impresión de que se estaba frente a medios de comunicación que de manera voluntaria ejercían la censura y carecían de objetividad, pudo haber sido la causa del aumento del uso de Internet como herramienta de comunicación. En las primeras horas del ataque miles de personas siguieron las noticias desde los sitios electrónicos de los principales periódicos, además de sumarse pronto a los foros de opinión y a las listas de correo que éstos ofrecían. El sitio CNN.com llegó a recibir nueve millones de visitas en una hora cuando lo usual es que sean once millones por día. "Bin Laden", "CNN" y "Torres Gemelas" fueron las palabras más buscadas por los usuarios de Internet, según varios organismos de gestión de contenidos electrónicos, desplazando incluso a términos como "sexo" y "gratis".
En los días siguientes, la Red fue utilizada con otros fines. Además de los cientos de sitios sobre las profecías de Nostradamus que surgieron como hongos bajo el sol, muy pronto comenzaron a circular en Internet llamamientos a la paz, mensajes de solidaridad, un virus informático del tipo troyano que aparece cuando se abre un mensaje titulado "¡Paz entre América y el Islam!", bromas de pésimo gusto sobre los atentados e incluso una información acerca de una probable manipulación de imágenes por parte de la cadena CNN, que habría difundido las imágenes de un festejo en un campo de refugiados palestinos en 1991 afirmando que éstas pertenecían a una celebración por el atentado a las Torres Gemelas.
Pero, además, la cobertura de los hechos se caracterizó por su sobriedad. Aunque en los primeros instantes del ataque pudo verse a varias personas arrojarse al vacío desde los pisos superiores de las Torres Gemelas, el resto de las imágenes emitidas eludieron a las víctimas para centrarse en la tarea de los socorristas, los escombros y, más tarde, los homenajes. ¿Pudo esta prudencia haber evitado una reacción de indignación popular que hubiera obligado al Presidente Bush a adoptar una medida apresurada y drástica? La respuesta, probablemente, es sí.
En los primeros instantes del ataque, los sitios en Internet de los principales diarios norteamericanos se vieron desbordados de mensajes que reclamaban una pronta y enérgica reacción armada. En el sitio del New York Times uno de los primeros mensajes era "presidente Bush persígalos hasta la muerte". En el del USA Today, un lector recomendaba arrasar Afganistán a bombazos. En el del tejano Dallas Morning alguien proponía "apretar el botón". En el sitio del San Francisco Chronicle una persona escribió: "Con los diabólicos del mundo no hay alternativa, merecen Hiroshima". ¿Qué hubiera sucedido si las cadenas de noticias hubieran ofrecido imágenes más realistas del ataque? Probablemente todo este odio hubiera superado al dolor.