La decisión de citar al ex presidente Carlos Menem en la investigación por la llamada conexión internacional del atentado a la Amia acaparó ayer la atención en los Tribunales Federales de Retiro, mientras el juicio oral por este ataque terrorista se concentró en enumerar los encubrimientos por parte de policías bonaerenses.
Como ocurrió varias veces la semana pasada, el interés del juicio se trasladó a lo que ocurría fuera de la sala de audiencias cuando se conoció la decisión del juez federal Juan José Galeano de citar como testigo en Amia al ex mandatario y a parte de su gabinete de entonces.
El magistrado busca establecer si hubo trabas a la pesquisa o eventuales intentos de bloquear la investigación sobre los autores ideológicos y financistas del atentado que dejó 85 muertos. Como nunca desde el inicio del juicio a la bautizada conexión local del ataque terrorista, el interés se trasladó al despacho de Galeano.
Esto ocurrió cuando se conoció que el magistrado citará a Menem, su ex canciller Guido Di Tella, el ex vicecanciller Fernando Petrella y al ex jefe de asesores del gabinete de Cancillería, Andrés Cisneros, para que expliquen por qué no se avisó a la Justicia de la llegada de cables cifrados desde Medio Oriente, que adjudicaban a Irán la culpa del atentado a la Amia y estaban basados en confesiones de agentes de inteligencia de ese país.
Ajenos a todo esto, los jueces del Tribunal Oral Federal 3 Gerardo Larrambebere, Miguel Pons y Guillermo Gordo escucharon ayer la última parte de la acusación de Galeano y los requerimientos de otra causa, la que investigó una presunta extorsión al magistrado por parte de uno de los principales acusados, el ex comisario Juan José Ribelli.
Con la mira puesta en los 20 acusados, todos recordaron una frase que se repite seguido entre quienes están en la investigación desde el primer día, Amia es la "causa de las casualidades".
Es que esto reflotó en las lecturas de las elevaciones a juicio, en las que se recordó cómo en lo que se llamó la pista carapintada todos los que trataron de inculpar a este sector militar del atentado resultaron ser parientes de policías bonaerenses o tenían vínculos de trabajo con alguna de las partes.
Mónica Cañete, una ex testigo encubierta de Amia, es madre de dos hijas del comisario de la Bonaerense Oscar Mantel, de marcados vínculos con el acusado y ex colega Juan José Ribelli.
A su vez, un hermano de Cañete, Claudio, fue chofer del ex carapintada Jorge Pacífico, a quien se incriminó en esta pista, ahora está con falta de mérito en Amia y a punto de ser absuelto en el juicio por venta de armas que se desprendió de esta pesquisa.
Elba Fernández, la madre de ambos Cañete y también ex testigo encubierta en Amia, tenía vínculos amorosos con otro ex poderoso comisario de la Bonaerense, Angel Salguero, también compañero de Ribelli en la fuerza de seguridad en la época de la jefatura de Pedro Klodcyk.
Pericia psiquiátrica para Di Tella
Por otra parte, también se conoció ayer que Guido Di Tella será sometido a una evaluación psiquiátrica por orden del juez en lo Penal Económico Julio Speroni, quien encomendó la pericia antes de resolver si dicta el procesamiento del ex canciller por el presunto contrabando de armas y pólvora a Croacia.
Speroni decidió ordenar la pericia psiquiátrica a raíz de la conducta que Di Tella tuvo el 19 de septiembre pasado, cuando declaró ante el juez en calidad de acusado.
La Ciudad
