La tormenta de viento desatada ayer en la ciudad, que en momentos alcanzó ráfagas de más de 80 kilómetros por hora, dejó un saldo de aproximadamente 50 árboles dañados y provocó cortes de luz en distintas zonas de la ciudad, informaron ayer Defensa Civil y la Empresa Provincial de la Energía. El viento comenzó a soplar con más intensidad cuando caía la tarde, y fue entre las 20 y las 20.30 que alcanzó mayor velocidad. El coordinador general de Defensa Civil, Marcos Escajadillo, calculó en 50 los árboles dañados. Según comentó el funcionario, hubo problemas en Castagnino y Agrelo, en la zona del Mercado de Concentración y en Dorrego al 1800, donde un árbol cayó arriba de un automóvil Daihatsu. "Defensa Civil ya salió a hacer un relevamiento, y junto con Control Urbano está abocada a un diagnóstico de todos los daños a fin de establecer prioridades de trabajo. Nos preocupan principalmente los problemas que puedan provocar los árboles sobre las viviendas y las personas", dijo Escajadillo. La Central de Operaciones de Emergencias puso manos a la obra cuatro cuadrillas que con Parques y Paseos fueron a trabajar en el corte de árboles y ramas. Ayer, los operadores de Defensa Civil trabajaron sin parar en la recepción de reclamos, sobre todo entre las 20 y las 21. En tanto, el jefe de Servicio Eléctrico de la EPE, Juan Carlos Rissa, aseguró que el viento provocó inconvenientes en unas 20 zonas de la ciudad. Una de ellas fue el barrio Parquefield, que quedó sin luz y donde al cierre de esta edición se trabajaba para solucionar los desperfectos. Allí, el daño fue sobre la línea de media tensión, al igual que en Rivarola y González, en la zona oeste de la ciudad. Al mismo tiempo se generaron algunos problemas de más envergadura a raíz de daños en la línea de baja tensión en un sector que tiene como epicentro a Junín y Formosa, donde funciona una subestación transformadora. "Allí se cayó un árbol y arrastró a una columna de la EPE", explicó el funcionario, quien señaló que unos diez grupos de trabajo de la empresa se abocaron anoche sin descanso a solucionar desperfectos en distintas áreas. Risso calculó que entre 17 y 20 zonas tuvieron inconvenientes. La EPE recibió también más de un centenar de reclamos puntuales desde diferentes barrios de la ciudad, algunos de los cuales, admitió, serían resueltos recién hoy. "Ultimamente todos los años tenemos uno o dos vientos de estos que nos obligan a salir corriendo", dijo, para aclarar que "los problemas fueron estrictamente por el daño que causaron los árboles a la línea, y no por inconvenientes propios de nuestras instalaciones". Quizás, en algunos casos la tormenta haya traído el fantasma de otro viento, el de la madrugada del 22 de octubre del año pasado, cuando un viento de 100 kilómetros por hora derribó 170 árboles, 28 de los cuales cayeron directamente sobre las viviendas. En aquella oportunidad, quedaron sin luz unos 15 mil clientes, y el problema no se solucionó hasta pasados dos días. Aunque el fenómeno de ayer no es comparable con el de hace un año, muchos habrán salido corriendo a guardar los autos o habrán buscado refugio, temerosos de que algún árbol los aplastara.
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