Las empresas de software y servicios informáticos inauguraron ayer en Rosario la primera Convención Nacional de Tecnologías de la Información con un fuerte reclamo hacia el gobierno nacional para que incluya al sector dentro de los planes de competitividad. "El gran problema que tenemos es el poco interés que tiene la dirigencia política sobre lo tecnológico", dijo Jorge Cassino, presidente de la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos (Cessi), organizadora del encuentro.
El primer aviso fue lapidario. Los directivos de Cessi explicaron que "si antes de fin de año el plan de competitividad no sale, es probable que cincuenta empresas se vayan de la Argentina", confió Cassino.
La convención, que abrió con la presencia del vicegobernador de Santa Fe, Marcelo Muniagurria y el intendente rosarino Hermes Binner, convocó a los empresarios de todo el país dedicados al negocio informático que se reunieron con la idea de "aunar esfuerzos y concentrar un poco más la comunicación con el gobierno", según precisó el directivo.
El sector, que de acuerdo a datos de la cámara abarca alrededor de 5.000 empresas en la Argentina, es un fuerte generador de mano de obra. Por caso, estas compañías ocupan en conjunto unas 15 mil personas con alta capacitación.
Los empresarios también utilizaron la organización del encuentro para lograr posicionar al segmento de las empresas informáticas como uno de los rubros más activos de la economía y que por ende merece estar en las prioridades de los planes de gobierno.Aunque no lo manifestaron expresamente, los organizadores dejaron entrever que la elección de Rosario como sede de la convención no sólo respondía a su buena infraestructura sino que además tenía que ver con que el gobierno nacional estaba ocupado en tantos problemas que los problemas del sector resultaban ínfimos. "En cambio, en una gobernación da la sensación de que tenemos más llegada", explicó el titular de Cessi, confirmando así el lobby que están realizando las firmas en el interior del país para ganar espacio.
En este sentido, Cassino destacó la visión del vicegobernador santafesino: "Su discurso mostró una visión distinta de otros políticos", aclaró.
Un polo regional
A la hora de los pedidos, los empresarios también pusieron en la lista un mejor tratamiento impositivo para la radicación de las empresas del rubro. En ese sentido, aclararon que Rosario puede convertirse en un polo tecnológico en tanto y en cuanto tenga una política fiscal "atractiva".
En este sentido, pusieron en el haber las ventajas competitivas que tiene la zona como "la logística para la salida de productos al exterior, buenas comunicaciones, y la gran capacidad de sus recursos humanos y universidades".
Por otra parte, los empresarios de servicios informáticos bregaron por el desarrollo de una industria de informatización nacional. "Si no queremos tener problemas de empleo en los próximos diez años es necesario generar empresas que automatizan o producen software", dijo Pablo Iascub, de Calipso Software A su criterio, "generar empresas argentinas demora la generación de empleo y requiere el apoyo del Estado a través de legislaciones que las promuevan, pero trae como beneficios que dentro de 20 años no estaremos vendiendo mano de obra sino diseño, software".
Este modelo se contrapone con el de factoría, al que calificó de "vulnerable", ya que aunque ocupan gente "se van en cualquier momento e imponen sus condiciones".
Por caso, Ricardo Ferraro, asesor de la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa de la Nación (Sepyme), citó la experiencia de una empresa de automóviles japonesa que le obligó al gobierno mexicano a no elevar los salarios mínimos porque eso significaría aumentar sus costos operativos y, en ese caso, amenazaron con irse del país.
Iacub explicó que dentro de diez años "posiblemente la informatización llegará a reemplazar incluso los puestos gerenciales". Sin embargo, "esto se contrarresta "creando más empresas que automatizan", que necesariamente requieren del cerebro humano.
En este sentido, destacó que la Argentina se encuentra en un lugar de privilegio porque este segmento demanda mano de obra capacitada, "especialmente de clase media y con un cierto nivel cultural", además de "imaginación y creatividad que abundan en el país".