Año CXXXIV
 Nº 49.253
Rosario,
sábado  29 de
septiembre de 2001
Min 14º
Máx 26º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






Le dan once años de cárcel por asesinar de un tiro a su novia
Condenan a Néstor Guevara por el crimen de Sofía Rudolf, en barrio Acíndar

María Laura Cicerchia

"Estábamos sentados frente a mi casa, pasó un hombre que nos quiso asaltar y le pegó un tiro a ella". La explicación que dio a la policía el novio de una chica que murió herida de bala en una vereda de barrio Acíndar contradecía todos los indicios que lo señalaban a él como el verdadero homicida. Un reguero de sangre conducía hacia el interior de su casa y culminaba en su dormitorio. Un revólver envuelto en un repasador escondido debajo de la cama y una vaina servida sobre la mesa de luz completaban el escenario de un crimen pasional por el cual acaban de condenarlo a once años de cárcel.
Néstor Ariel Guevara fue enviado a prisión por asesinar a sangre fría a su novia Sofía Rudolf en su casa de Traful al 3700 de barrio Acíndar. Los jóvenes -él tenía 23 años y ella 18- eran novios desde hacía un año y medio. Ella cursaba primer año de la carrera de paramédico y trabajaba como supervisora en una editorial. El era empleado en una empresa de zapatillas.
La relación entre ambos era conflictiva. Los padres de la chica rechazaban el noviazgo a raíz de la personalidad agresiva de Guevara: el muchacho integraba la barra brava de Ñuls, era adicto a las drogas y había mantenido una relación sentimental con una familiar directa de la joven. Según los testimonios de los conocidos de la pareja las peleas eran frecuentes y Guevara golpeaba a su novia.

Un rastro de sangre
El crimen ocurrió en la casa donde vivían Guevara y su hermana Marcela desde hacía diez años. Allí también residían el esposo de Marcela y una beba de ambos. El domingo 29 de noviembre de 1998, alrededor de las 6 de la mañana, todos dormían cuando Guevara y Sofía comenzaron a discutir. Un balazo que impactó en el rostro de la joven puso fin a la pelea.
En la casa nadie escuchó el disparo. Marcela se levantó en el momento del hecho y encontró a Sofía tendida sobre la cama de su hermano y con el rostro ensangrentado. El joven trasladó a la chica al baño, intentó frenar la hemorragia y trató de reanimarla con respiración boca a boca, pero todo fue en vano. Entonces la trasladó a la vereda, a unos 30 metros de la casa, y pidió a los vecinos que llamaran a la ambulancia. Fue en ese momento cuando llegó la policía y esbozó la historia del robo.
Tanto él como la chica vestían ropa interior y había un reguero de sangre hacia el interior de la casa. Sobre la cama de Guevara, un charco de sangre que delataba el verdadero lugar del crimen.
La chica falleció como resultado de un balazo que ingresó por la nariz y le afectó el cerebro. Las pericias demostraron que el disparo fue efectuado a unos 50 centímetros de distancia con un revólver calibre 38 largo que estaba oculto debajo de la cama.
Guevara cambió su versión de los hechos dos veces. Primero dijo que estaban jugando con el arma -una Smith & Wesson que guardaba en la mesa de luz- y a él se le escapó el disparo. Pero esa posibilidad también fue descartada, ya que el revólver necesitaba de un doble mecanismo para dispararse. Era necesario desplazar el martillo y gatillar con una presión de 6,800 kilos, según consta en el expediente del caso.
Un año después, declaró que la joven se suicidó. Una vez más, su testimonio fue desacreditado por las pruebas de la causa: la joven no tenía restos de pólvora en sus manos.
Finalmente el juez de Sentencia Nº 1, José María Casas, lo condenó a once años en prisión al entender que el homicidio no fue accidental sino intencional y premeditado. Según el magistrado, es posible que Guevara haya envuelto el arma en el repasador para amortiguar el ruido del disparo. La sentencia fue confirmada por la Sala Tercera de la Cámara de Apelaciones.



Tres versiones no le sirvieron a Guevara para exculparse.
Ampliar Foto
Diario La Capital todos los derechos reservados