| | El ex funcionario menemista presentará mañana su último libro, "El prójimo" Mario "Pacho" O'Donnell: "Mi generación fracasó como dirigencia política, social, gremial y empresarial" El autor dice que una crisis personal motivó su texto de frases, con el que apela a una "revolución solidaria"
| Gabriela Zinna
"La política en sí misma es un escenario muy poco loable. Mi generación fracasó no sólo como dirigencia política, sino también en lo social, empresarial, cultural y gremial". La reflexión le corresponde a Mario Pacho O'Donnell, quien presentará mañana su nuevo libro titulado "El prójimo. La revolución de los solidarios". En diálogo con La Capital, el psicoanalista y escritor explicó que el texto pretende revalorizar el respeto, la dignidad, la autoestima, la honestidad, el esfuerzo y el estudio. -¿Cómo define a su libro? -Es un texto íntimo que recoge frases, cuentos y fragmentos que hago míos. Es un libro raro, gestado a partir de una crisis personal. Se basa en mis inseguridades. Es un reclamo que me hago a mí mismo, de ser más solidario de lo que soy. -¿Por dónde pasó esa crisis personal? -Parte está provocada por la dureza del compromiso político. También tiene que ver la edad. Estoy por cumplir 60 años y eso ya es demasiado para alguien que, como buen asmático, tiene una profunda conciencia de esa frágil distancia entre la vida y la muerte. -Al comienzo del texto usted dice: "Un buen maestro es aquel que, en la última instancia, demuestra su inutilidad. Es lo que debes esperar de este libro". ¿A qué apunta? -Trato de evitar la posición de los que escriben los libros de autoayuda y se instalan en el lugar del saber. Esa no es la perspectiva de este libro. Más bien trabaja sobre la imposibilidad, la insuficiencia y la necesidad personal de ser un poco mejor. -Usted dice que "el bombardeo publicitario que incita al poseer y al acumular en una sociedad con los resortes morales debilitados, promueve corrupción en unos y delincuencia en otros". ¿No es un planteo simplista? -No es una crítica directa a la publicidad, que es un instrumento. Es un cuestionamiento a la ideología de la sociedad de mercado, que necesita clientes y no personas, consumo y producción. -En el capítulo "Traducciones" usted rescata términos que se fueron perdiendo... -Son eufemismos. Se busca no llamar a las cosas por su nombre porque eso tiene un valor de prédica impactante y entonces hay que llamarlo de otra manera. -¿Cuáles son para usted las palabras clave de la sociedad argentina? -Justicia. Solidaridad. Estoy muy obsesionado por el tema de la solidaridad, tan esencial como lo es el mandato bíblico "Ama a tu prójimo como a ti mismo". -¿Esta crisis que usted atraviesa tiene que ver con su paso por la función pública, primero dentro del alfonsinismo y luego en el menemismo? -Usted me habla de mi paso por el radicalismo y eso fue hace 15 años. La crisis puede tener que ver con cosas más recientes. He tenido una vida afortunadamente intensa, con exilios, divorcios, compromisos. Me defino como un buscador. Mi epitafio deberá decir: Aquí yace alguien que buscó, no encontró pero buscó. No se si alguien encuentra. -¿Qué está buscando hoy? -Lo de siempre. Encontrarle un sentido a las cosas. Saber por qué todo puede ser tan arbitrario. Tan ridículo a veces y tan gracioso. -Usted dice en su libro que pensar es peligroso. -La vida es peligrosa y si a este libro se lo lee verdaderamente es un libro peligroso, porque hace pensar. En esta sociedad que vivimos lo que se espera es que uno no piense. -¿Qué papel cree que juegan los medios de comunicación? -Creo que hay de todo, no porque los que manejan los medios sean demoníacos, sino porque todo está sustentado en un planteo ideológico de una sociedad de mercado que plantea que seamos clientes y no personas, donde el pensar es una actividad peligrosa y quien lo haga sabrá a qué atenerse. -En ese sentido, y teniendo en cuenta que fue secretario de Cultura de la Nación entre 1993 y 1996, ¿cómo se explica que el 92 por ciento del presupuesto destinado para cultura se queda en Capital Federal y el 8 por ciento restante se divide entre unas pocas provincias? -Esto tiene que ver con el poco estímulo a pensar en una sociedad que no necesita personas, sino clientes. La cultura es un elemento fundamental que hace a la posibilidad de crear, de entender y de proponer un cambio. No es eso lo que se propone la sociedad. -La muerte tiene una presencia muy fuerte en el libro... -Uno de los grandes problemas de la vida es la negación universal de la temporalidad. Si uno comprendiera que el partido dura 90 minutos, se esforzaría más por hacer goles dentro de ese tiempo. Porque si no, se termina el partido y uno está en el precalentamiento. La vida es un maestro que enseña, pero el problema es que mata demasiado rápido a los alumnos. Creo que tener conciencia de la muerte es darle más importancia a la vida y a cada minuto. -¿Está retirado de la política? -No estoy retirado de la política. -¿Qué es lo bueno y lo malo que le dejó la política? -Lo bueno es la capacidad de compromiso, algunas cosas positivas que pude hacer, que fueron muchas menos de lo que me hubiera gustado. Y lo malo, que la política en sí misma es un escenario muy poco loable. Mi generación fracasó no sólo como dirigencia política, sino también en lo social, empresarial, cultural y gremial. -¿Cómo saltó del radicalismo al menemismo? -Al peronismo. Bueno, yo digo que gracias al gobierno de De la Rúa ya nadie me pregunta por qué me fui del radicalismo. -Pero pudo haberse ido a otro partido y no al archirrival, el peronismo. Es como ser republicano y transformarse en demócrata en Estados Unidos -Eso pasó hace mucho tiempo. No quiero hablar de eso. Tengo una visión muy positiva del peronismo. -¿Qué piensa de la desocupación actual? -Es un estado terrible, sobre todo la de los últimos tiempos que no tiene que ver con las capacidades personales. Está desocupada gente muy trabajadora y muy inteligente, con mucho mérito laboral. Las consecuencias psicológicas son devastadoras y la sociedad no tiene solución para esto.
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