Jerusalén. - Una ronda de conversaciones de paz entre Israel y los palestinos volvió a ser posible ayer después de que la abrupta cancelación de una visita a Siria del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasser Arafat, permitió programar un nuevo encuentro. Funcionarios de ambas partes dijeron que Arafat y el canciller israelí, Shimon Peres, se reunirán hoy en el aeropuerto de Gaza para conversaciones que el primer ministro Ariel Sharon, desafiando presiones internacionales, canceló tres veces antes.
EEUU, que busca concertar una coalición antiterrorismo tras los ataques del 11 de septiembre, había estado presionando para que se produjera la reunión.
Sharon había anunciado ayer la cancelación de una reunión con el canciller británico Jack Straw, debido a polémicas declaraciones de éste en las que justificó el "terrorismo" contra los israelíes.
Una conversación telefónica entre Sharon y el premier británico, Tony Blair, condujo luego a que el líder derechista israelí acordara recibir a Straw tras expresar públicamente "ira y decepción" por sus comentarios. Straw, en una declaración emitida en Teherán poco antes de su visita a Irán esta semana, dijo: "Entiendo que uno de los factores que ayuda a engendrar el terrorismo es la ira que siente mucha gente en esta región ante los sucesos de tantos años en Palestina".
Desplante sirio
En otro incidente áspero de la diplomacia en Medio Oriente, un funcionario palestino dijo que Arafat estaba furioso al recibir la noticia de que sus anfitriones sirios le habían retirado la alfombra de bienvenida justo cuando estaba a punto de abordar un vuelo desde Ammán hasta Damasco. Una fuente política siria dijo que el propio Arafat había solicitado postergar la visita, insinuando que el líder palestino pudo haber estado bajo presiones israelíes para posponer su primer viaje oficial a Siria en varios años. Si Arafat hubiera viajado a Damasco, la reunión para reafirmar un cese el fuego declarado hace una semana no habría sido realizada antes del final del Yom Kippur, o Día del Perdón, mañana. A su regreso a la franja de Gaza, y ante preguntas de los periodistas sobre la cancelación de su viaje a Siria, Arafat repitió dos veces: "Vayan y pregúntenle (a los sirios)".
Comentaristas israelíes calificaron el incidente como un desaire sirio y especularon que Damasco estaba mostrando su disgusto con el plan de Arafat de reunirse con Peres y tratar de revivir la propuesta de "una tregua para negociar" respaldada por EEUU. La planeada visita de Arafat había sido ampliamente considerada como una señal de mejoría en las relaciones tras años de distanciamiento por la oposición de Siria a los acuerdos interinos de paz con Israel de 1993. En Damasco residen facciones palestinas opuestas al diálogo de paz con Israel, y Siria respaldó una revuelta contra Arafat en 1983.
Tras los devastadores ataques, EEUU públicamente instó a Israel y a los palestinos a reunirse, en un esfuerzo por poner fin a un año de violencia. En privado, Washington ha ejercido más presión mediante varias llamadas telefónicas del secretario de Estado, Colin Powell, a Arafat y a líderes israelíes.
Sharon acordó permitir que Peres se reúna con Arafat, pues aparentemente su pacifista canciller estuvo a punto de renunciar tras las repetidas cancelaciones, y según fuentes cercanas a éste, consideró retirarse del gobierno de "unidad nacional". (Reuters)