Año CXXXIV
 Nº 49.251
Rosario,
miércoles  26 de
septiembre de 2001
Min 9º
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cartas
Tareas logísticas

Creo que a nuestro país se le presenta una inmejorable oportunidad para insertarse en el contexto de las naciones. O sea, ganar el reconocimiento internacional y a la vez renovar los cuadros políticos internos que tanto deseamos y que tanta falta hace. Esto viene a caso por la discusión que tendremos que soportar entre políticos por si hay que mandar o no tropas en caso de un conflicto armado. Lo que sí deberíamos enviar es un equipo formado por políticos, legisladores y funcionarios, que si bien no están físicamente aptos para el combate, sí pueden ejercer tareas de logística o apoyo moral. Ejemplo: podríamos enviar al doctor Menem y a sus asesores en materias de armas a organizar un torneo de golf en Afganistán y averiguar qué armamentos necesitan los talibanes y sacarnos de encima la chatarra que aún no pudieron vender. El doctor Alfonsín, acompañado de Nosiglia, podría explicarle al presidente Bush cómo hacer un tipo pacto de Olivos con Ben Laden para evitar una lucha armada, lógicamente, a espaldas del pueblo norteamericano. El doctor Cavallo y su equipo podrían dictar conferencias sobre la convertibilidad en el mundo musulmán para que estos puedan alcanzar el déficit cero e integrar el primer mundo soñado. La ministra Bullrich debería explicar a los economistas del mundo cómo con un plan de 100 pesos mensuales un obrero o empleado puede mantener a su familia. Los senadores, encabezados por el señor Cantarero, podrían ganarse unos pesos haciendo lobby en la ONU para votar las resoluciones favorables al mejor postor. Irma Roy podría explicarles a las mujeres musulmanas cómo el sí es no, o viceversa. Y de última, por si alguno no entiende bien las explicaciones brindadas por nuestros funcionarios, podemos enviarles al vocero presidencial quien con su claridad acostumbrada terminará de explicar.
Francisco Agostinetti


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