Año CXXXIV
 Nº 49.251
Rosario,
miércoles  26 de
septiembre de 2001
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Una mujer amenazó con inmolarse para no ser desalojada de su casa
Un centenar de vecinos impidió que se concretara una orden de la Justicia

Andrés Abramowski

Granadero Baigorria. - Un grupo de vecinos frustró ayer el desalojo de una mujer y sus cuatro hijos de una vivienda ubicada en cercanías del policlínico Eva Perón. Durante tres horas la gente impidió que un agente del juzgado comunal cumpliera con la orden emanada del Juzgado de Circuito 2ª, mientras la ocupante, que se encadenó junto con los niños, amenazaba con prenderse fuego antes que abandonar la casa. El hecho arroja una serie de puntos muy confusos.
Norma Riotort de Chiabrando, de 35 años, relató que se había ido de esa vivienda donde vivía con su marido, Mario Chiabrando, hace tres años por malos tratos y aclaró que no hizo abandono del hogar y que sobre esa situación dejó una constancia en la comisaría local.
"El papá de los chicos -agregó- alquiló la casa a una persona de apellido Gamalero. En mayo pasado, cuando supe que la propiedad estaba vacía volví, no había nada, ni muebles. Entonces me enteré de que mi ex marido había puesto la casa a nombre de los inquilinos. Luego tuve noticias de que se la había vendido a un tal Carlos Castillo. Nosotros no hicimos la separación de bienes y yo en ningún momento consentí que la propiedad se vendiera".
Norma relató además que "Castillo vino un día y rompió los candados, entró el auto y me dijo que me fuera, pero yo me negué". Hace una semana, la mujer recibió una orden de desalojo, de la que sostuvo estaba dirigida a los anteriores inquilinos.
Ayer, alrededor de cien vecinos se juntaron frente a la casa para impedir que el desalojo se llevara a cabo e incluso llamaron a abogados para asesorar a Norma sobre el problema.
Por su parte, fuentes del Juzgado de Circuito 2ª aseguraron que el desalojo tenía sentencia firme y que deberá llevarse a cabo de cualquier manera. Aseguraron que el demandante acreditó ser el propietario, "cosa que no pudieron hacer los ocupantes". Asimismo, confiaron que durante el proceso, que lleva más de un año y medio, los ocupantes de la casa fueron cambiando y que en ese lapso se registró una venta, de modo que el comprador siguió con los trámites.
Además deslizaron que "en el caso hay problemas familiares sobre los cuales el juzgado no tiene competencia".
Según dijeron desde Tribunales, la sentencia deberá cumplirse, aunque no se descartan nuevas audiencias de conciliación. En tanto, ayer algunos vecinos estaban dispuestos a hacer guardia en la vivienda en solidaridad con Norma, seguros de que la venta de la casa "fue fraguada, ya que no se podía hacer sin el consentimiento de ella", comentaban. Otras versiones corrían también por las veredas de la avenida Santa Fe, dando cuenta de engaños e infidelidades varias, pero sólo agregaban confusión sobre el tema.



Nora, relató detalles de la situación que atraviesa.
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