El más grande jugador de básquetbol de todos los tiempos, Michael Jordan, anunció ayer que regresa por tercera vez a la NBA, esta vez con la camiseta de los Washington Wizards. De esa forma se develó la incógnita sobre si volvería para demostrar todo su talento, calidad, carisma y personalidad ganadora que llevó a que los Chicago Bulls ganaran seis títulos. Mucho se especuló con la posibilidad de que retornaría para continuar engrosando su millonaria cuenta bancaria, pero nada de eso es cierto, ya que tiene asegurado su futuro y el de varias generaciones sólo con lo que percibe por ponerle su nombre a diferentes productos. Cuando los Bulls, en junio de 1998, vencían a los Jazz y sumaban su sexto campeonato, Jordan jugaba su último partido y la NBA perdía a la figura que atraía multitudes y que rompía los ratings de la televisión norteamericana. El mundo basquetbolístico ya se había sorprendido cuando el 6 de octubre de 1993, a poco más de dos meses de que su padre fuera asesinado en el Estado de Carolina del Norte, Jordan anunciaba en una multitudinaria conferencia de prensa que se retiraba, ya que no tenía motivaciones para seguir y porque emocionalmente estaba destruido. Lo de Jordan trascendió las fronteras propias del básquetbol y pasó a ser el campeón mundial de marketing de todos los tiempos, con la apoyatura de los medios de comunicación y fue además la cara visible de la NBA. El impacto de su alejamiento se vio reflejado en una merma en el interés de los aficionados por presenciar los play off. Tan es así que las finales que consagraron bicampeón (1994-95) a Houston Rockets tuvieron un bajo índice de audiencia. Jordan tomó otro rumbo en su vida deportiva. Jugó al golf y también durante un año buscó en el beisbol profesional una salida sin tantas exigencias y sin el estrés que le podría producir el básquetbol. El regreso de Jordan, concretado dos años después de haberse retirado, trajo gran alborozo a los jerarcas de la NBA, especialmente a David Stern, quien dijo que "Jordan regresa al básquetbol espectáculo y el público se volcará a las canchas y elevará el rating de televisión". Las opiniones eran dispares, ya que muchos decían que no iba ser el mismo y que los 17 meses de inactividad los iba a pagar muy caro. Para muchos, esas especulaciones estuvieron desacertadas, porque Jordan volvió con todo, con sus condiciones técnicas intactas y con su personalidad ganadora que fue factor fundamental para que siguiera siendo el mejor y los Bulls continuaran como los reyes de la NBA. Fue el hombre que guió a los Chicago Bulls al tricampeonato 1996-97-98, que consiguió varios récords y que dejó en cada cancha que pisó toda su versatilidad y eso es lo que lo hizo diferente al resto de los jugadores. Con seis títulos, innumerables premios individuales y una cuenta bancaria varias veces millonaria, Michael Jordan anunció a comienzos de 1999 el segundo retiro. Sin embargo, el básquetbol seguía siendo su pasión, extrañando el calor y ese clima particular que tienen los vestuarios y el trato con sus compañeros. Primero intentó como jefe de operaciones de los Wizards, un equipo que hace casi una década que no entra en los play off. Como los réditos deportivos no llegaban, quiso sumar un nuevo desafío: en abril del 2001 comenzó a entrenarse para volver. Parecía que en el regreso sería acompañado por su amigo Charles Barkley, pero éste, al poco tiempo de empezar los entrenamientos, decidió dar un paso al costado. Una molesta fractura de costilla pareció que lo hacía desistir, pero no cejó en su empeño de ponerse a punto en lo físico y les comentó a sus más íntimos: "Voy a volver porque amo este juego. Lo haré sólo por eso". Sabe que los Wizards, un equipo renovado y sin nombres rutilantes, no están para campeón y tal vez ni siquiera para entrar a los play off, pero su tremendo amor propio lo ha llevado a iniciar el operativo: tercer retorno, donde sólo piensa en divertirse y deleitar a los fanáticos, con sus vuelos acrobáticos, con sus pases geniales y con sus saltos espectaculares. Jordan vuelve al lugar que nunca debió dejar y vuelve también para ser el número uno. Todo el básquetbol está agradecido y feliz con su regreso. (Télam)
| La NBA recuperá la magia de un jugador extraordinario. | | Ampliar Foto | | |
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