| | Buscado por robo a mano armada a un taxista La Cámara Penal cambió la calificación de un hecho ocurrido en 1999 y el autor se encuentra prófugo
| María Laura Cicerchi
La experiencia no será la misma para la víctima de un robo si el ladrón la intimida con un revólver, una metralleta, o un destornillador. Pero aunque alguna de esas armas cause más impresión que otra, para la ley se trata del mismo delito: un robo calificado por el uso de armas, con una pena más severa que un robo simple. Sin embargo, los jueces suelen discrepar a la hora de interpretar esos hechos cuando el arma es de juguete, si no es apta para disparar o si no fue secuestrada. Una diferencia de criterios de este tipo ocasionó que un hombre que había sido condenado a prisión por un asalto terminara prófugo de la Justicia. Se trata de Gustavo Daniel Rattaro,de 24 años, condenado por asaltar al chofer de un taxi en septiembre de 1999 con un revólver. Como no se pudo establecer si el arma funcionaba, un juez lo condenó como autor de robo simple (cometido sin arma) a un año de prisión en suspenso. Pero tres jueces de la Cámara Penal discreparon con ese criterio y modificaron la sentencia. Lo condenaron a cinco años de prisión por robo calificado, delito no excarcelable. Desde entonces el acusado, que estaba en libertad, se encuentra prófugo. Rattaro había sido condenado por el ex juez de Sentencia Nº 6, Alberto González Rímini. Según la sentencia, Rattaro abordó un taxi Peugeot 505 en la localidad de Villa Gobernador Gálvez junto a una mujer. Solicitó ser trasladado a la esquina de Sánchez de Thompson e Hipócrates de Rosario y allí asaltó al taxista con un revólver calibre 36 o 38. Luego escapó hacia un Fonavi cercano con un pasacassette, un atado de cigarrillos y 62 pesos. El ladrón fue detenido por la policía al poco tiempo. Le secuestraron el botín y una campera que fue identificada por la víctima como la que vestía el asaltante. El arma nunca apareció. Se presume que el hombre alcanzó a desprenderse de ella durante su huida. El juez lo acusó de cometer un robo simple porque no pudo someter el revólver a una pericia para establecer si era apto para el disparo. Pero la fiscal Adriana Camporini no estuvo de acuerdo y apeló la resolución. Planteó que la ley no diferencia entre distintos tipos de arma, si son de juguete o están descargada, porque lo importante es el poder intimidatorio que ejerce sobre la víctima. Con el mismo criterio, los jueces Ernesto Pangia, Alberto Bernardini y Eduardo Sorrentino, de la Sala I de la Cámara de Apelaciones, entendieron que era indiferente determinar si el revólver funcionaba. Rattaro fue condenado a cinco años de prisión por la figura de robo calificado, pero aún no fue a notificarse de la sentencia porque se encuentra prófugo y con un pedido de captura.
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