| | cartas Reflexiones de un peregrino
| Cuando se llega a San Nicolás, ciudad elegida por María para quedarse, se comienza a percibir un aire distinto, es el soplo que viene desde adentro y que, impulsado, nos transporta desde la tristeza a la alegría, del dolor a la esperanza. Cuando se comparte en San Nicolás un día 25 con rostros desconocidos, con voces distintas, se hermanan las emociones para dar rienda suelta a los sentimientos del alma por medio de la fe, de la común oración y del amor. Cuando se peregrina desde lejos para llegar hasta ella, se lleva las ganas de cambiar, de ser mejores y no importa cuán largo sea el camino por recorrer ni las horas de cansancio porque seremos recompensados con el mejor de los premios: fortalecernos en María para poder llegar a Jesús. Roguemos a Dios para que a través de María del Rosario nos invada permanentemente con palabras de aliento y perfume de rosas. Que ella, desde San Nicolás, extienda su palabra de vida y esperanza, la nueva alianza, hacia todo lo creado. DNI: 4.673.229
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