Elbio Evangeliste
Cómo explicar el partido que jugó ayer Argentino. Si hasta cuesta hacer la ecuación inversa, encontrar el por qué Brown de Adrogué se llevó los tres puntos, si apenas jugó un partido discretísimo. Hacía tiempo que los de barrio Sarmiento no tenían una tarde tan pobre como la de ayer, y por eso la visita, mostrando poco y nada, se impuso 2 a 0 y terminó haciendo un negocio redondo. Fue un castigo merecido para un equipo que se olvidó el libreto en el vestuario, que abusó de los pelotazos frontales y que cuando quiso poner la pelota contra el piso no le salió una. Habría que indagar demasiado en la historia salaíta para encontrar una actuación tan deslucida. Pero fue así. La pobreza futbolística del albo fue tal que hasta hubo hinchas que se atrevieron a insultar a sus jugadores. Una actitud un tanto desmedida para un equipo que hacía seis fechas que no perdía -la última derrota fue el 12 de agosto ante Deportivo Armenio por 2 a 1-. La posibilidad de seguir prendido en la punta estaba al alcance de la mano, pero nadie imaginó lo de ayer. Brown de Adrogué fue apenas un poquito más ordenado y, en más de una oportunidad, dio un par de pases seguidos. Con eso le alcanzó. Nadie entendía nada cuando el interminable Roly Escudero, a los 42', dejó a Redondo por el piso y entró en diagonal al área salaíta para definir fuerte, al primer palo y poner a la visita en ventaja. Machetti y Craiyacich sabían que su equipo no estaba funcionando como en otros partidos y por más que modificaron el esquema -pasaron a jugar con tres en el fondo- Argentino no encontró la llave del partido. Menos aún si Ojeda y Vanadía, los encargados de generar fútbol, no entraban en acción y la defensa seguía cometiendo tantos y tan groseros errores. Por eso llegó el segundo de Brown. A los 33' del complemento Astorga le ganó en velocidad a Stachiotti y Lema se anticipó a Corman para para meter un cabezazo que terminó descolocando a Del Vecchio. La sensación en el Olaeta era que si el árbitro Pablo Lunati hubiese adicionado quince minutos más Argentino no iba a poder descontar. Y por eso la gente sintió una especie de alivio con el pitazo final. La derrota fue apenas justa, pero no por eso hay que dejar de mencionar que lo de ayer fue un castigo merecido a tanta pobreza.
| |