La secuencia de ataques a perdigonadas atribuidos al denominado Loco de la Escopeta, tuvo en menos de 24 horas otros dos casos registrados prácticamente en el mismo lugar y que puso una vez más en estado de máxima tensión a la policía rosarina. Ambos episodios ocurrieron sobre la avenida Eva Perón en los 200 metros comprendidos entre Rouillón y Magallanes. En uno de esos episodios, una mujer embarazada que viajaba en un colectivo sufrió heridas cortantes en el rostro. La policía realizaba ayer un amplio operativo en la zona oeste en procura de detener al autor de esos disparos, pero sin resultados positivos hasta el momento.
Desde hace varios años, El loco de la escopeta se dedica a balear frentes de negocios, ómnibus de pasajeros e incluso transeúntes en distintos puntos de la ciudad. Hasta el momento nunca pudo ser identificado y los investigadores no cuentan con pistas firmes para detenerlo. La última aparición que se conoció públicamente ocurrió el domingo 9 de septiembre, cuando destrozó con una perdigonada la puerta de blindex de un local en Cafferata al 1100.
Cambio de zona
El francotirador reapareció a menos de quince días de ese hecho, pero en otra zona. Esta vez fue en Eva Perón al 5800, donde hace aproximadamente un año y medio ya había baleado a tres menores que caminaban muy cerca del complejo de cines Village. El lugar presenta un tránsito de vehículos y peatones más que intenso debido a que cuenta con un importante centro comercial, además del centro de entretenimientos, una hamburguería McDonald's y una estación de servicios.
El jueves, cerca de las 17.30, el francotirador apuntó contra el interno 33 de la empresa Villa Diego que cubre el trayecto entre la plaza Sarmiento y la localidad de Roldán. El micro circulaba por Eva Perón en dirección al oeste y cuando llegó a la altura del 5800, prácticamente frente al complejo de cines, se escuchó un poderoso estampido y enseguida una de las ventanillas ubicadas sobre el flanco izquierdo del rodado se hizo añicos.
Afortunadamente había pocos pasajeros en el interior del colectivo y ninguno estaba cerca de la ventana dañada, dijeron a La Capital fuentes policiales.
El estallido causó estupor en el lugar, pero nadie pudo ver algo que sirva para identificar al responsable. "El chofer pensó que era un reventón de neumático y la gente que estaba por ahí no alcanzó a ver nada. Siempre sucede así: toma a todo el mundo por sorpresa y es muy escurridizo", comentó un vocero policial.
Agentes de la seccional 14ª secuestraron entre 10 y 12 fragmentos de municiones que serán peritados en la sección Balística de la Unidad Regional II. Fuentes de la investigación consideraron que el disparo pudo provenir desde el interior de un coche que circularía en sentido contrario al del micro, pero no descartaban nada.
Cuando los encargados de la pesquisa recién comenzaban a tender los hilos de la investigación, ocurrió un nuevo ataque que pareció calcado al anterior. El objetivo fue otro colectivo de la empresa Villa Diego, el interno 27, que también se dirigía hacia la zona oeste de la ciudad. A las 13 en punto, un proyectil destrozó una de las ventanillas del flanco izquierdo y los vidrios lastimaron a Betiana Gargullo, una de las pasajeras.
Fuera de peligro
La mujer, de 21 años, sufrió heridas cortantes en el rostro al estallar el cristal de una de las ventanillas. La víctima es oriunda de Roldán y tiene un embarazo casi a término, por lo que fue derivada al Hospital Italiano, en cuya sala de guardia fue internada. Según voceros de ese nosocomio, "las lesiones no comprometen a la joven ni al bebé".
Mientras tanto, la policía montó un operativo en la zona en búsqueda del tirador, pero con resultados negativos. El principal escollo con que se topan los investigadores es la falta de testigos oculares de los ataques, según comentó a este diario un allegado a la pesquisa.
El cuerpo de peritos de la Unidad Regional II trata, cada vez que ocurre uno de estos casos, de establecer un patrón de tiro que los oriente hacia algún sospechoso. Un dato que tiene cierto peso para los investigadores es que en casi todos los casos los disparos se efectuaron hacia un blanco ubicado a la izquierda.