El titular de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), Víctor De Gennaro, enfatizó ayer en la Plaza de Mayo que "en la única guerra en la que estamos dispuestos a combatir es contra la pobreza, el hambre, la desocupación y la injusticia". En el discurso que pronunció como cierre de la Marcha Nacional contra la Pobreza, el sindicalista remarcó que la movilización que unió todo el país fue "contra la irracionalidad de la muerte de cien pibes por día, que haya 2,5 millones de compatriotas desocupados, que nos vengan a vender de que para curar la recesión hay que hacer más recesión, y que nos incorporen a una guerra del siglo XXI". De Gennaro, quien fue el último orador del acto que se cumplió en la Plaza de Mayo y en el que también hablaron los líderes piqueteros Luis D'Elía y Juan Carlos Alderete, entre otros, anunció que el Frente Nacional contra la Pobreza llevará adelante "un plan de lucha sistemático y permanente contra los ajustes y la represión". Gran cantidad de personas provenientes de todo el país, después de 11 días de marcha -se unieron 82 ciudades en siete columnas que totalizaron 25.300 kilómetros-, participó del acto en el que se repudió el plan de ajuste del gobierno de la Alianza, se reclamó un seguro de empleo y formación de 380 pesos y una asignación familiar universal de 60 pesos por hijo, además de repudiarse la posibilidad de que Argentina se involucre en una guerra. En la movilización participaron miles de desocupados, trabajadores estatales, docentes, estudiantes universitarios, jubilados, pequeños y medianos productores. Al abrir la serie de discursos, el piquetero D'Elía expresó que los participantes del acto tenían "la obligación ineludible de hacer que retumben algunos gritos lacerantes del interior del país" que fueron recepcionando a lo largo de la movilización que se inició la semana pasada. Después alertó que la administración aliancista pretende "el desfinanciamiento educativo, la eliminación de los planes Trabajar, la liquidación del Ansés y el Pami, el despido de trabajadores y la rebaja de salarios y recortar la coparticipación federal", lo que significaría "una puñalada en el corazón del pueblo del interior". El compañero de ruta de D'Elía en la conducción de la modalidad de protesta piquetera, Alderete, reseñó que la movilización y concentración tenía el objetivo de "decir basta de ajustes" que provocan "el sufrimiento de millones de compatriotas, muchos de los cuales tienen desesperación y hambre". "A los legisladores nacionales que se atrevan a aprobar el presupuesto del 2002 no los vamos a dejar que descansen, les vamos a hacer la vida imposible, vamos a trasladar los piquetes a las puertas de sus casas y no les daremos tregua", arengó Alderete, ante la aprobación generalizada. Los dirigentes piqueteros y otros oradores levantaron sus voces para rechazar firmemente la posibilidad de que Argentina forme parte de las fuerzas militares comandadas por Estados Unidos para combatir el terrorismo internacional, tras los atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono. En un pasaje de su alocución, De Gennaro subrayó que "no aceptamos más que nos compelen a votar cada dos o cuatro años mientras los mercados y el poder votan todos los días contra el pueblo y por su miseria". El dirigente de la CTA denunció que "todos los días entran a la capital argentina cien mil personas a vivir y a comer de la basura, siendo el 72 por ciento chicos" y remarcó que "no podemos aceptar más que el dinero sea el que determine nuestras vidas, felicidad y perspectivas". Además hablaron desde el palco montado de espaldas a la Casa Rosada la dirigente de las Madres de Plaza de Mayo Nora Cortiñas, el titular de la Federación Agraria Argentina, Eduardo Buzzi, y un representante de la Corriente Clasista Combativa, quien aprovechó para reclamar por la libertad de los dirigentes detenidos en anteriores jornadas de protesta.
| |