Hernán Rafael Bozzo no mató a su tío Héctor Mondaini con un tiro por la espalda. Según la sentencia que lo condena por el homicidio, le disparó cuatro veces en el interior del bar Calle Real, ubicado en San Lorenzo y Laprida. Fue en un pasillo con escaleras que da a la calle San Lorenzo, donde el cuerpo de la víctima quedó inmóvil para siempre. Los disparos le atravesaron el corazón pero fueron efectuados de frente y no desde atrás.
Por este crimen Bozzo fue sentenciado a 8 años de prisión por homicidio simple, pero cuando este diario difundió el fallo, con la firma de este periodista, se dijo que la agresión fue por la espalda. Resultó ser un error producto de una deficiente interpretación de la sentencia del juez Luis Giraudo, que afectó a Bozzo y también a sus familiares más directos.
El homicidio ocurrió durante la madrugada del 29 de julio de 1998. Esa misma noche la Brigada de Homicidios detuvo a Bozzo y también a un cuidacoches que paraba frente al bar, pero el segundo reo fue liberado y muy pronto se comprobó que no tenía nada que ver con el asesinato.
Preso ejemplar
Bozzo fue procesado y después condenado. Actualmente está detenido en la prisión de Ricchieri y Zeballos. Dicen que es un preso "ejemplar" y que pronto -quizás en marzo de 2002- podrá salir en libertad condicional porque para entonces habrá cumplido dos tercios de la condena. Escribe poesía, le enseña a otros detenidos y realiza artesanías en madera.
Fue su madre, Ernestina, quien se encargó de hacer llegar a este diario los informes de los médicos forenses que acreditan cómo fueron los disparos mortales. "No busco que lo publique sino sólo que sepa cómo fueron los hechos", dijo con una humildad que no alcanzaba a disimular su sufrimiento. Precisamente por eso, y porque la información debe ser siempre confiable y veraz, esta aclaración era necesaria.
Bozzo sostiene que es inocente y su madre le cree. La mujer también asegura que en la causa hay una pista que jamás se investigó y que favorecería a su hijo.
Pero ahora ambos esperan el fallo definitivo de la Cámara Penal ya que el fallo condenatorio fue apelado. Ernestina cree que recién después será el momento de hacer comentarios sobre la situación de su hijo.
Bozzo está pagándole a la sociedad el crimen que la Justicia dice que cometió, pero no tiene por qué pagar más de lo que le corresponde ante los lectores que recibieron un dato erróneo, aunque involuntario, sobre cómo sucedieron los hechos.