El 10 de abril de este año varios delincuentes entraron a la sucursal del banco Bisel, en la localidad de Fuentes, y en segundos robaron 41.000 pesos y 10.000 dólares. Una vieja cámara de video filmó el atraco, pero las imágenes son tan borrosas que no sirven para identificar con certeza a uno de los presuntos ladrones y obligan a la Justicia a practicar complejas pericias para determinar si el sospechoso, que está detenido, participó o no del asalto. Frente a esta situación, tres jueces de la Cámara Penal de Rosario mostraron su "sorpresa" por el atraso tecnológico de los equipos utilizados por los bancos para registrar los movimientos dentro de sus edificios, y dejaron picando una inquietante posibilidad: que las entidades crediticias empleen cámaras no tanto para identificar a posibles ladrones sino simplemente para "acreditar el robo" y poder cobrar así el seguro.
La crítica de los magistrados al escaso interés de los bancos en general por ponerse a tono con los avances tecnológicos aparece en una resolución que confirma que el procesamiento de un hombre que supuestamente actuó como campana en el asalto al banco de Fuentes. Se trata de Norberto Ramón Costamagna, que está detenido junto a otras tres personas por su presunta participación en este robo. De él se sospecha que quedó fuera del banco al volante del auto en el que se desplazó la banda para cometer el atraco.
Costamagna y los otros supuestos ladrones fueron procesados por la jueza de Casilda, Silvia Nogueras, pero su abogado apeló y por eso tuvieron que intervenir los camaristas Rubén Jukic, Antonio Paolicelli y Guillermo Fierro, todos de Rosario. Los tres confirmaron en forma unánime el procesamiento, pero también cuestionaron el desinterés del banco por la calidad de las imágenes que pueden entregar sus "pobres" equipos de video.
Los jueces, que el año pasado condenaron a otro ladrón en base a las imágenes de video aportadas por las cámaras instaladas en una farmacia de Rosario y peritadas en Francia por la Policía Nacional de ese país, dieron a entender en su resolución que si no se suman nuevas pruebas será muy difícil probar que Costamagna efectivamente participó del atraco. Esto es así porque las imágenes registradas durante el atraco son "muy borrosas" y porque todos los otros indicios son demasiado débiles para asegurar con certeza que se trata de uno de los ladrones.
Piden más pericias
Costamagna fue identificado porque detectives de la policía y algunos testigos compararon esas imágenes con sus fotografías y dijeron que se trata de la misma persona. Pero los camaristas creen que esto no es suficiente para acusarlo y por eso quieren hacer más pericias sobre las cintas para ver si de ese modo pueden probar si se trata o no del sospechoso.
Los jueces mostraron su "desazón" por esta situación ya que consideran que con la tecnología disponible en el mercado se podría facilitar la identificación de sospechosos en la investigación de un atraco de estas características.
En el caso de Fuentes, lo único que hay como indicio es una secuencia de fotografías (imágenes congeladas) en blanco y negro, de "muy mala definición", que hace difícil la comparación con la persona real y lo relativiza peligrosamente porque lo deja librado a "la subjetividad" del observador. Los camaristas dijeron que un procesamiento, y mucho menos una condena, no puede sustentarse únicamente en lo que le parece a un juez, un policía o un testigo al comparar imágenes de tan baja calidad. Por eso le sugirieron a la jueza Nogueras que encargue "en forma urgente" a Gendarmería algunas pericias para tratar de reciclar esas imágenes en pruebas.