"Si no pagás, nos llevamos la moto a un desarmadero en Funes y la vendemos como repuestos". Javier escuchó la advertencia a través del teléfono de su casa. Un día antes le habían robado la moto en Marcos Paz al 4900 y los delincuentes ya habían rastreado su número para ofrecerle el pago de un rescate a cambio de devolver el rodado. El joven no se intimidó y, tras cortar la comunicación, ofreció todos los datos a la policía. Los presuntos ladrones fueron detenidos en una emboscada tendida por los investigadores en el momento en que iban a cobrar el dinero y tenían en su poder la moto.
Javier tiene 24 años y pide no ser identificado ni fotografiado. Actualmente está desocupado, y el único capital con que cuenta para moverse es una moto Yamaha Sygma de 100 cc. La historia que lo tuvo como protagonista se inició hace exactamente una semana atrás, el miércoles 12.
Ese día, alrededor de las 19, Javier fue con su moto hasta la casa de un amigo, ubicada en el pasaje Marcos Paz al 4900, en jurisdicción de la seccional 6ª de policía. El muchacho dejó estacionada la moto sobre la vereda y permaneció durante poco más de una hora en el interior.
Cuando, cerca de las 20.15, volvió a salir a la calle advirtió con sorpresa que el rodado había desaparecido. Ningún testigo vio nada raro. No se supo si los ladrones lograron poner en marcha a la moto o si la habían cargado en un camión. En diálogo con La Capital, Javier señaló que de inmediato radicó la denuncia en la seccional 6ª. A partir de ese momento no tuvo novedades. Pero el lunes pasado sonó el teléfono de su casa y una voz extraña preguntó por él.
Contacto telefónico
Tanto Javier como sus familiares dijeron estar desconcertados con la llamada debido a que el número de teléfono de la casa no figura con el apellido del muchacho, sino con el de otra familiar. "Lo que suponemos es que con los papeles de la moto a mí nombre, estuvieron rastreando por los nombres por la guía, donde sí figuran apellidos como el mío, y así obtuvieron mí número", comentó el joven.
El lunes, a las 14, un hombre le preguntó a Javier si quería recuperar la moto a cambio de pagar 300 pesos. El muchacho dudó unos instantes porque estaba lejos de conseguir esa cifra en lo inmediato. "No sabía qué hacer, así que les pedí más tiempo porque no tenía dinero", comentó Javier. El contacto volvió a repetirse alrededor de las 19.30. En este caso ya hubo una amenaza concreta por parte de los ladrones de desarmar la moto y vender las partes si el dueño no accedía a la extorsión.
Entonces Javier decidió comunicar la novedad a los policías de la seccional 6ª. Las autoridades de la dependencia implementaron un operativo en base a un posible pacto con los ladrones de la moto.
Ese acuerdo se concretó en una tercera llamada telefónica realizada cerca de las 21.30. En ese contacto, los ladrones dieron precisas instrucciones: "Andá a Génova al 2400, más vale que solo y en taxi". Con esos datos, los investigadores idearon una pequeña trampa y en lugar de enviarlo a Javier fue un oficial de la 6ª.
En ese lugar se produjo el encuentro entre los presuntos ladrones y el policía encubierto. Según fuentes policiales, el oficial inició una conversación para confirmar que estuviera la moto en cercanías.
Cuando ya no quedaban dudas, entraron en acción otros policías que estaban en las cercanías y detuvieron a los dos hombres que aparecían como los negociadores. TAmbién fue recuperada la Yamaha. Los imputados son Roberto Ariel Subils, de 33 años, y José Manuel González, de 25.
La policía investiga ahora si esos hombres fueron los autores materiales del robo o si tuvieron que ver solamente con la extorsión.