Año CXXXIV
 Nº 49.237
Rosario,
miércoles  12 de
septiembre de 2001
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Nueve años de prisión por violar a su hijastra
El hecho se remonta a febrero de 1999 y el condenado padecía una serie de trastornos psicológicos

Un juez condenó a nueve años de prisión a un ex convicto al que encontró culpable de haber violado a su hijastra de 12 años en un descampado de la zona sur, en febrero de 1999. Un examen de ADN confirmó que el autor del hecho fue el acusado, quien padecía una serie de trastornos psicológicos.
El imputado, Roberto Fernando Andrada, apodado Pata, fue sentenciado por el juez de Sentencia Nº 5, Ernesto Genesio, quien lo condenó a nueve años de prisión por el delito de violación calificada. El acusado fue declarado reincidente por segunda vez, ya que registraba una condena previa a nueve años y seis meses de prisión por robo calificado, uso de arma y daños.
El acusado trabajaba en una empresa de limpieza de la zona sur y desde hacía varios años convivía con la madre de la joven, con quien tenían un hijo. De acuerdo con el fallo, que está firme, Andrada abusó de la hija de su concubina el 12 de febrero de 1999, en un pastizal ubicado en cercanías de la avenida de Circunvalación y las vías del ferrocarril, a la altura de avenida San Martín.
Según la denuncia de la joven, la violación se produjo cuando se dirigían a la casa de un amigo de Andrada que festejaba su cumpleaños. En el camino, el imputado la tomó del brazo, la arrojó al suelo y la sometió sexualmente. Luego la llevó al cumpleaños. Una vez en el lugar, la chica le confesó a la esposa del conocido de Andrada lo que había ocurrido. Luego se negó a volver a su casa junto al padrastro.
Al matrimonio le costó creer la historia de la chica, pero la actitud del imputado despertó sus sospechas. Según el testimonio de la pareja, el hombre se puso muy nervioso cuando su hijastra se resistió a regresar a su casa . Cuando al fin se decidió a irse, y sin saber que la joven había hablado con el matrimonio, Andrada se despidió con una frase que confirmó las sospechas de la pareja: "Si ustedes piensan que yo la violé, están equivocados", dijo.
Al día siguiente, el matrimonio acompañó a la chica a la comisaría para que radicara la denuncia. En esa declaración y en los testimonios sucesivos, la joven dejó al descubierto un trasfondo familiar cargado de violencia y manifestó que no encontró apoyo en los familiares más cercanos para denunciar el hecho.

"Jamás la toqué"
Dos días después, Andrada fue detenido y negó haber cometido el abuso. "Jamás la toqué", aseguró. Pero las pruebas en su contra fueron contundentes. El análisis de ADN practicado al plasma seminal hallado en las prendas íntimas de la víctima dio resultado positivo. El estudio, realizado por la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA, estableció que el patrón genético coincidía en un 99,99% con la muestra sanguínea de Andrada.
Además, según el estudio psiquiátrico realizado a la víctima, la joven padecía una serie de trastornos como resultado de la violación y los episodios de violencia que sufría a diario. De hecho, antes de que Andrada recibiera la sentencia, la joven quedó al cuidado de su padre biológico.
En tanto, el examen realizado a Andrada concluyó que el hombre padecía un trastorno esquizoide de la personalidad, tendencia al encubrimiento y la simulación, falta de control de sus impulsos, adicción alcohólica y conflictos que no le permitían manejar adecuadamente su conducta sexual.


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