Año CXXXIV
 Nº 49.237
Rosario,
miércoles  12 de
septiembre de 2001
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Sobreseen y liberan a la acusada de matar a un inspector municipal
El crimen ocurrió dentro de un motel de Rosario Norte en marzo pasado

¿Cómo diferenciar un crimen de un juego sexual que termina en muerte? Esta inusual tarea concentró los esfuerzos de peritos policiales y judiciales en los últimos meses, quienes finalmente determinaron que una mujer acusada de un crimen no estranguló a la víctima, el inspector de tránsito municipal Carlos Alberto García, de 57 años, sino que el hombre falleció mientras realizaba una arriesgada práctica sexual. Luego de pasar seis meses presa, la mujer recobró la libertad y fue sobreseída de la causa penal que afrontaba.
La pesadilla de Mónica Dora López -tal el nombre de la acusada- comenzó la noche del 10 de marzo pasado, cuando ingresó junto a García al Hotel Río, de avenida Rivadavia 2665, pasada la medianoche. Era el segundo encuentro de la pareja y terminó de manera trágica en poco más de media hora.
Según lo que pudieron determinar los investigadores y el relato de la mujer, el hombre acostumbraba colocarse un cinto en el cuello que él mismo ajustaba cada vez más mientras tenía relaciones sexuales. Pero esa noche llegó al extremo de provocarse la asfixia. Asustada, la mujer le quitó el cinto del cuello a García y abandonó el lugar llevándose algo de dinero. "Tuvo una especie de ataque epiléptico y luego quedó como desmayado. No pensé que se había ahorcado", expresó López cuando fue detenida por la policía.
El día posterior al hecho, la única habitación que permanecía ocupada en el hotel era la número 7. La mucama golpeó varias veces la puerta, pero nadie respondía. Finalmente, el dueño del establecimiento decidió utilizar una llave de emergencia. Al abrir la puerta, se encontró con el cuerpo inerte del inspector, tendido boca arriba sobre la cama.
La policía investigó el caso como un presunto crimen y seis horas después detuvo a López. La mujer explicó que se trató de un juego sexual que acabó en muerte, pero permaneció unos seis meses presa hasta que las pericias le dieron la razón.
El examen del médico forense confirmó que las marcas que presentaba García en el cuello eran compatibles con las autolesiones que narraba López. La reconstrucción gráfica del hecho realizada por los peritos de la sección Escopometría también dio sustento a la versión de la mujer. Además, no surgió de los dictámenes médicos que el hombre haya intentado acto de defensa alguno antes de morir.
García era soltero y vivía con su madre en un departamento Fonavi de White al 7500. Era un hombre reservado, solitario y con "conductas que revelarían ciertas desviaciones sexuales", según la resolución judicial de la jueza de Instrucción Nº 12, Susana Portilla de Piglicampo, que sobreseyó a López tras probar su inocencia.



El cuerpo fue hallado un hotel de Rivadavia al 2600.
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