Un empresario rosarino debió recurrir a la Justicia para que la Policía Federal Argentina le tramitara sin demoras el pasaporte, documento que había gestionado el 8 de agosto en Buenos Aires y necesitaba para realizar un viaje al exterior en los próximos días. Patrocinado por una abogada del fuero local, el hombre presentó un recurso de amparo que al final no fue necesario tramitar: apenas recibió el pedido de informes de una jueza sobre los motivos de la demora para entregar el documento, el organismo encargado confeccionó el pasaporte y lo envió al domicilio del empresario en unas pocas horas. Mientras, miles de personas esperan que comience a normalizarse la entrega de los documentos, trabada por la falta de pago del Estado a un proveedor.
Según un informe periodístico publicado el domingo pasado, sólo en la Capital Federal hay unas 80 mil personas esperando que les entreguen sus pasaportes. La demora se origina en una deuda de 14 millones de pesos que la Policía Federal mantiene con la firma Ciccone Calcográfica, responsable de la provisión de insumos para confeccionar los documentos. Ante la falta de pago, el 8 de agosto pasado la empresa envió una intimación a la Federal y al no obtener más que dos millones de pesos como respuesta terminó por suspender el envío de materiales.
En el interior del país la situación es parecida y sólo en Rosario se realizan más de 100 pedidos por día. Pero la espera se dilata durante semanas y a veces hasta meses, y en muchas ocasiones las personas que desean salir del país no pueden hacerlo o deben posponer sus viajes debido a estos retrasos.
En este sentido, la situación es casi idéntica a lo que ocurre con los documentos personales, aunque en este caso también se da la paradoja de muchos DNI -unos 40 mil sólo en la provincia de Santa Fe- que esperan que sus titulares pasen a retirarlos por las oficinas del Registro Civil. Para una persona que reside en el interior, la tramitación de un nuevo DNI puede demorar hasta 12 meses.
Promesas, promesas
El empresario rosarino que pidió el documento pensaba viajar a Europa el 24 de septiembre. Para eso ya había realizado las reservaciones de vuelos y hoteles. También tramitó el pasaporte. Lo hizo el 8 de agosto, directamente en el departamento central de la Policía Federal en Buenos Aires. Allí pagó los 75 pesos que cuesta el trámite y le dijeron que a más tardar en 15 días lo recibiría en su domicilio.
Pero el plazo se cumplió y el documento nunca llegó. El empresario quiso saber cuánto tiempo más demoraría y no obtuvo respuestas satisfactorias. Por eso, ante la inminencia de su viaje al Viejo Mundo, finalmente decidió recurrir a la Justicia y junto con la abogada Graciela Minoldo decidió que la mejor forma, y la más práctica, era presentar un recurso de amparo, es decir, un proceso sumarísimo que permite obtener respuestas casi inmediatas frente a demandas de carácter urgente.
El recurso de amparo fue presentado el 4 de septiembre pasado y recaló en el juzgado federal de la magistrada Silvia Aramberri.
Tal como lo exige el recurso, la jueza envió un pedido de informes a la Policía Federal y concedió tres días de plazo a las autoridades de la fuerza de seguridad para que respondieran por qué demoraban la entrega del pasaporte. Minoldo en persona tuvo que llevar el oficio a la sede local de la Policía Federal, pero allí no querían recibirlo. "No entendían que el oficio en realidad estaba dirigido al departamento central y no a ellos, y que solamente tenían que enviarlo por fax", fue la interpretación ensayada por Minoldo para explicar por qué no prosperaba el envío.
Finalmente, un comisario le dio curso y envió el oficio a la Capital Federal. Todavía transcurrieron un par de días más y el empresario rosarino seguía sin recibir su pasaporte, hasta que el lunes pasado, a las tres de la tarde, alguien tocó el timbre de su puerta. Se trataba de un correo privado que, por fin, traía el documento soñado.
Casi al mismo tiempo llegó al juzgado federal la respuesta de la policía al oficio de la jueza Aramberri. Decía, simplemente, que el pasaporte ya había sido enviado. Por eso el recurso quedó sin efecto y ayer la abogada Minoldo se presentó otra vez ante la magistrada, esta vez para retirar el amparo.
Tanto Minoldo como el empresario están convencidos de que todo se aceleró a raíz de la presentación judicial.
"De no haber sido así, probablemente mi cliente todavía estaría esperando su documento y tendría que haber cancelado pasajes y hoteles", explicó la abogada ayer a este diario.
-¿Usted cree que otras personas podrían hacer lo mismo frente a las demoras de este tipo? \-Sí, porque de lo que se trata es de la defensa de derechos constitucionales.
-¿Y este caso no podría desencadenar una lluvia de amparos en el mismo sentido? \-No lo sé, pienso que sí, pero se trata de una decisión de cada uno.
La Ciudad
