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Justicia en los exámenes

Quiero contar una anécdota vivida, ya que pienso que hay que señalar los graves defectos que van en detrimento de una buena enseñanza y también de que haya justicia al tomar exámenes. Recuerdo un examen tomado a un alumno, hace más de 40 años, donde un profesor que no se destacaba precisamente por su ecuanimidad le informa al profesor Beppo Levi que dicho alumno quedaba reprobado porque no supo contestarle una pregunta. El profesor Levi le dijo que volviera y siguiera tomándole examen para informarle que es lo que dicho alumno sabía y dijo: "Si usted califica a un alumno simplemente por algo que no sabe y no por lo que verdaderamente sabe, yo ahora mismo en el pizarrón le plantearé un ejercicio que usted no podrá resolver". Turbado, dicho profesor reconoció la sabiduría encerrada en esta amonestación a su proceder y volvió a tomar examen a dicho alumno. Luego le informó a Levi todas las respuestas correctas del estudiante. Beppo Levi lo escuchó atentamente y le preguntó: "¿Qué nota a su parecer se merece el alumno?", a lo que contestó: "un bueno". Todo profesor debe hacerse un examen de conciencia y calificar también su propio conocimiento así como tratar de mejorar su personalidad, porque nadie está libre de caer en la soberbia, de sentirse poderoso y de no cumplir con el deber ineludible de todo docente, que es acercarse al alumno con el ánimo de conocer todo lo que éste tan empeñosamente ha estudiado y calificarlo de acuerdo a lo que sabe.
Susana Margarita Brack