Año CXXXIV
 Nº 49.236
Rosario,
martes  11 de
septiembre de 2001
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La madre dice que el chiquito cayó sobre el cemento cuando era cambiado
Un nene de dos años está grave por presunto maltrato
Su padrastro fue detenido mientras la Justicia investiga el caso

Un niño de dos años debió ser internado en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital de Niños Víctor J. Vilela con politraumatismo grave y traumatismo de cráneo. El caso es investigado por la Justicia, ya que el chiquito padece lo que se conoce como "síndrome del niño maltratado", dijo el juez de instrucción Nº11, Carlos Alberto Triglia, antes de agregar que "en el cuerpito se encontraron lesiones de antigua data". En tanto, un comité del efector municipal dedicado a analizar casos de violencia infantil también estudia la situación del pequeño. Aunque la madre negó que su hijo haya sido sometido a violencia física, y atribuyó los golpes a "una caída", el padrastro del niño quedó detenido. La causa fue caratulada como "lesiones gravísimas calificadas".
El niño llegó anteayer cerca de las 18 al Vilela, derivado del Hospital Provincial del Centenario donde ya se había hecho la denuncia policial por las características de las heridas que presentaba el pequeño paciente.
Además, desde el Vilela "se dio parte a la Justicia de menores", manifestó la subdirectora de ese efector, María del Carmen Carradori.
El caso fue inmediatamente trasladado al Comité de Maltrato, un equipo multidisciplinario que funciona en el lugar y que analiza este tipo de situaciones. No era para menos, ya que las lesiones eran de "mucha jerarquía", tal cual lo explicó la médica.
Carradori se excusó de señalar si se trataba de un niño golpeado o de un accidente, y se limitó sólo a decir que "el resto de la investigación corre por cuenta de la Justicia". En efecto, expresó que el testimonio de la madre del chiquito, Noelia Soledad Campos (21 años), no dejó en claro cómo se produjeron las lesiones. La mujer brindó su versión apenas llegó al hospital, pero esto no impidió que se girara el tema a la Justicia y al mismo Comité de Maltrato del centro asistencial.

La versión de la mamá
La Capital consiguió hablar con la mamá. "Resulta que estábamos comiendo, el nene salió y se mojó con el agua de un balde. Mi marido lo agarró, lo empezó a cambiar, se le resbaló y terminó cayendo sobre el cemento con la cabeza inclinada", narró.
Luego recordó que, tras el episodio, su hijo se desvaneció, por lo que el padrastro le hizo respiración boca a boca y logró que reaccionara. Después llamaron a una ambulancia, pero como no llegaba, un vecino trasladó al chiquito a Hospital del Centenario.
Apenas fue visto por los profesionales, quedó evidenciada la gran cantidad de golpes en diferentes partes de su cuerpo. "En la apreciación médica preliminar ya se constató que no se trataba de un hecho circunstancial y que el niño venía recibiendo sucesivos golpes. También eso fue ratificado por los especialistas del Vilela", sostuvo Triglia.
La madre del chiquito no negó que su hijo tuviera marcas, pero no pudo explicar su origen. "Tenía muchos golpes, pero no entiendo de dónde salieron. A lo mejor es un nene que tiene la piel muy blanca y se marca ahí nomás. Es muy travieso y se vive golpeando en las vías, pero nosotros nunca nos abusamos de él", dijo.

En el ferrocarril
El niño, su madre y el concubino viven en un galpón del ferrocarril ubicado en Riccheri y avenida del Valle, al fondo del crotario del padre Tomás Santidrián. Son okupas y se dedican a fabricar y vender artesanías. Además, el padrastro hace malabarismo en las esquinas semaforizadas. "Así nos ganamos la vida y tratamos que al nene no le falte nada", añadió la madre, oriunda de Córdoba, quien vive con su pareja desde hace seis meses.
Los médicos del Vilela constataron "hinchazón a nivel cerebral y algo de sangrado dentro del cráneo", dijo a La Capital el doctor Eduardo Casín, desde el sector de Terapia Intensiva. El chiquito permanece en estado grave, asistido por un respirador mecánico y en coma farmacológico. "Por ahora no se puede aventurar un pronóstico porque todo es muy precoz", agregó el profesional.
Sin embargo, el juez Triglia dispuso la detención del padrastro, Ignacio Ismael Ierika, de 19 años, a quien lo indagó pasadas las 19. Su mujer, en principio, no quedó comprometida.


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