El intendente Hermes Binner vetó parcialmente la ordenanza que regula los espectáculos públicos en la ciudad. Si bien la mayor parte de la norma aprobada por el Concejo quedó firme y comenzará a aplicarse a partir del fin de semana, uno de los puntos volvió al cuerpo deliberativo para su reconsideración. El intendente propuso que los restaurantes con números en vivo y difusión musical tengan un factor ocupacional de una persona cada tres metros cuadrados según lo estipulado en el reglamento de edificación. "Binner está loco, porque así mata a los restaurantes con números en vivo", embistió el concejal Jorge Boasso, y apuntó que "con el criterio del socialismo, para que haya 50 comensales el local debería tener 150 metros cuadrados". Analía Carrió, del Partido del Progreso Social, consideró que el veto "es una pavada sin sustento, ya que en ningún otro rubro de la ordenanza se respetó el reglamento de edificación". El abogado Gustavo Feldman, que patrocina a bolicheros de la ciudad, consideró que el rechazo del artículo referido a los restaurantes con espectáculos "es un disparate". Pronosticó además que "a la Municipalidad le va a llegar una carrada de juicios" debido a que la flamante ordenanza fija que en lugares públicos el sonido no puede superar los 70 decibeles, y los 80 en el caso de las disco. "Tendrán que clausurar hasta las bancas de algunos concejales que cuando hablan superan ese volumen", disparó, convencido de que "limitar el sonido de un local es un disparate, sin asidero constitucional".
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