Durban, Sudáfrica. - Los delegados a la conferencia sobre racismo en Durban corrían ayer una carrera contra-reloj en un intento desesperado por evitar el fracaso clamoroso de la cumbre sudafricana, en medio de intensas negociaciones sobre esclavitud y Medio Oriente. Usando una estratagema permitida por las reglas de Naciones Unidas, los delegados siguieron negociando más allá del tiempo previsto para la clausura. En Sudáfrica ya era medianoche de hoy.
Tanto el acuerdo sobre Medio Oriente como el acuerdo sobre la esclavitud, las dos cuestiones más controvertidas de la cumbre, aún son posibles, sostienen los ministros sudafricanos que desde hace días actúan como mediadores entre las partes.
Se hicieron progresos sustanciales, agregó anoche el viceministro de Exteriores, Aziz Pahad. Munir Akram, embajador paquistaní ante la ONU en Ginebra, anunció la disponibilidad de los países islámicos a aceptar el texto de compromiso propuesto el jueves por Sudáfrica. Akram dijo que se trata de "un sacrificio por nuestros hermanos africanos" y de un gesto de solidaridad para no poner en dificultades a Sudáfrica, el país anfitrión de la conferencia.
Menos dispuestos al sacrificio se mostraron, sin embargo, los delegados palestinos, que volvieron a enfriar las esperanzas de un acuerdo a corto plazo, diciendo que los países árabes siguen en la posición de rechazo al texto porque no condena explícitamente a Israel, como ellos piden. El jueves el texto revisado y corregido presentado por Sudáfrica había sido aceptado por la Unión Europea, que ayer no participó en las negociaciones. Europa concedió todo lo que está dispuesta a conceder, declaró Koen Vervaeke, vocero de la delegación de la UE: y puesto que es imposible aceptar cualquier modificación al nuevo texto, se retiraron de las negociaciones.Así la pelota pasó a los países árabes e islámicos, y los mediadores sudafricanos intentaron todo el día que aceptaran el texto, que no acusa a Israel de racismo pero recuerda los sufrimientos de los palestinos bajo la ocupación extranjera. Según algunas fuentes de las negociaciones, los países árabes podrían elegir la solución indolora de no bloquear el compromiso sudafricano, aunque sin aceptarlo explícitamente. Esto significa que el texto de declaración final de la conferencia podría ser votado en sesión plenaria, incluso si Sudáfrica subrayó varias veces que quiere la unanimidad.
Votación condicionada
Las reglas prevén que, en ausencia de un consenso unánime, los documentos sean sometidos a votación: para las cuestiones importantes debe haber una mayoría de dos tercios para garantizar su aprobación. Los países árabes podrían abstenerse del voto o votar contra el texto de compromiso propuesto el jueves, que fue aceptado por la Unión Europea porque no condena explícitamente a Israel.
También sobre otra cuestión controvertida, la de la esclavitud, las negociaciones siguen a ultranza. Ya contentados los pedidos de la UE de no definir al colonialismo como un crimen contra la humanidad, los países africanos siguen pidiendo una disculpa oficial de Occidente por la trata de esclavos, mientras la UE está dispuesta a expresar sólo remordimiento o lamento. La Unión Europea teme que las disculpas oficiales puedan llevar a un derecho a indemnización, y en consecuencia infinitas causas legales, contra los países antiguamente esclavistas.
Los países africanos se dicen dispuestos a abandonar la idea de indemnizaciones monetarias, pero a cambio piden que Occidente tome una serie de compromisos respecto de Africa, desde la anulación de la deuda hasta una mayor asistencia para el desarrollo. Por su parte la UE aún no decidió si aceptará estos requerimientos.
La ceremonia de cierre de la conferencia y el discurso final del presidente sudafricano, Thabo Mbeki, fueron postergados. Las negociaciones, con la complicidad del truco de los relojes detenidos a la medianoche, mientras tanto están destinadas a seguir. (Ansa)