El trabajo infantil es "un problema que crece en la Argentina" y que "aún no es percibido por la sociedad como un tema grave a afrontar y resolver", sostuvo la oficina porteña del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). Sobre la base de las estadísticas existentes -que datan de los años 1994 y 1997- Unicef realizó un trabajo de investigación cuyos resultados finales fueron difundidos recientemente.
"El trabajo infantil es un problema que crece en la Argentina. Hay más de 250 mil niños y niñas hasta 14 años que trabajan en el ámbito urbano. En el ámbito rural, la última estimación de mínima da cuenta de 68.500 niños y niñas que trabajan entre los 6 y 14 años", señaló el organismo humanitario, tomando como referencia datos de la Encuesta de Desarrollo Social y del programa Siempro.
El informe realizado estima que el porcentaje de trabajo infantil en Argentina es "sensiblemente superior al que se registra en varios países, entre ellos Chile y Uruguay".
Según Unicef, la pobreza es la causa principal que impulsa a las familias a la utilización del trabajo de los niños y niñas, seguida de factores como "el deterioro en el empleo y la disminución de los ingresos en los hogares más vulnerables".
En ese contexto, las actividades más frecuentes desarrolladas por los niños son la selección y recolección de basura, elaboración y luego venta de pan, rosquitas, helados y otros alimentos en los espacios públicos, especialmente en la calle y en la venta domiciliaria. También los menores desarrollan tareas vinculadas a la confección textil y de calzados, la bijouterie, talleres y comercios y en la construcción.
Exposición a riesgos
Según el documento dado a conocer ayer, Unicef indica que "muchas de estas actividades implican exposición de los niños y niñas a situaciones de riesgo físico, social y cultural" y, según el informe elaborado por el especialista Silvio Feldman, "el trabajo que realizan estos niños y niñas genera mínimos ingresos a sus familias mientras que en ellos ocasiona pérdidas irrecuperables".
Entre los riesgos a los que se exponen los niños que trabajan, el estudio identifica "actividades que afectan la salud, riesgosas o degradantes" y cansancio y dolores, que influyen directamente en el desempeño escolar de los chicos.
"En los hogares pobres, los trabajos de los niños suelen potenciar la vulnerabilidad y los padecimientos que les imponen las condiciones en las que viven", sostiene la investigación. Así, entre las actividades que suelen realizar los niños, el estudio detectó la selección y recolección de residuos hurgando y manipulando basura, el trabajo en la confección y el calzado, "cuando se desarrolla en ambientes pequeños y prácticamente sin ventilación, que expone a los niños al polvillo que se genera en la actividad y/o a gases de pegamentos y otros productos químicos". (DyN)