Año CXXXIV
 Nº 49.233
Rosario,
sábado  08 de
septiembre de 2001
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Reflexiones
El rol de la Iglesia

Guillermo Villarreal

La cúpula del Episcopado definió esta semana su rol en el juego de competencias que quieren imponerle los políticos al llamado a la unidad nacional y, al mismo tiempo, tomó distancia de los movimientos "extra eclesiales" del secretario personal del cardenal Raúl Primatesta (Emérito de Córdoba) en este sentido.
"La (Comisión) Ejecutiva es la responsable del trabajo 'ad extra', por eso será ella quien facilite los espacios para que los distintos sectores del quehacer nacional dialoguen sobre esta propuesta unificadora", puntualizó un encumbrado obispo al ser consultado. Esta afirmación pone en evidencia que serán sus cuatro miembros -Estanislao Karlic (Paraná), Eduardo Mirás (Rosario), Jorge Bergoglio (Buenos Aires) y el secretario general Guillermo Rodríguez Melgarejo- quienes, individual o colectivamente, protagonicen el proceso en ciernes, aunque sólo se limiten a ofrecer el marco referencial que éste demanda de cara al futuro inmediato.
Denota asimismo el perfil mediador que la jerarquía católica pretende imprimirle a su gestión en pro de "garantizar" desde afuera los acuerdos mínimos que requiere la convocatoria, más allá de los rótulos o modos políticos que "conspiran" -según advierten desde el gobierno- contra ella: cogobierno, gobierno de coalición, acuerdo parlamentario de amplio margen, cohabitación democrática...
"Se juega mucho con las palabras, pero escasean las acciones concretas en pro del bien común", se quejan desde Suipacha 1034.
Sin embargo, la iniciativa plural todavía está en el punto del "torbellino de ideas", reconocen en la Iglesia, donde las reuniones se suceden sin definiciones de fondo ni borrados temáticos aparentes. Los encuentros multisectoriales podrían, no obstante, repetirse en los próximos días, incluso con la incorporación del propio presidente Fernando de la Rúa y de "más de un obispo". El objetivo: encaminarla dentro del marco institucional vigente.
Lo que sí preocupa en los ámbitos eclesiásticos es que la iniciativa no logre asentarse sobre "bases sólidas" o bien se diluya en los intereses "fraccionarios" de la campaña electoral para los comicios legislativos de octubre.
Un paso democrático que es seguido cuidadosamente por los prelados, dado que su resultado podría trastocar el escenario político y agudizar aún más la crisis "eminentemente moral" en la que está inmersa la Argentina. Incluso analizan la posibilidad de ofrecer "ciertas sugerencias" antes de la contienda electoral, sobre todo frente a un sector de la sociedad que propicia el voto en blanco o la impugnación de los mismos a modo de castigo para el "autismo" de la clase dirigente.
Por eso no extraño que algunas voces episcopales se alzaron por estos días contra el "raquitismo" de los políticos que, en tiempos electorales, se dedican más a "armar estrategias ligadas al poder" que a debatir proyectos y propuestas.
La calificada fuente eclesiástica puso coto también a las gestiones que realiza el laico Guillermo García Caliendo para darle identidad a la llamada "mesa del consenso" que, con el auspicio del purpurado cordobés, hoy integra junto a referentes de segunda línea de las dos centrales obrera, la UIA y las organizaciones Pymes.
"Nada tienen que ver con el Episcopado. Nos parece bien que las haga, pero son a título personal y no por cuenta de la Pastoral Social, que es un organismo al servicio de los obispos", precisó el portavoz. Toda una definición que trajo alivio en Balcarce 50, donde allegados al jefe de Estado levantaron más de una vez el teléfono para quejarse ante monseñor Karlic por la actuación del colaborador del cardenal Primatesta, a quien acusan de "cerrar filas" sobre el proyecto presidencialista del gobernador Juan Manuel De la Sota.
No obstante, el veterano Cardenal hace oídos sordos a los comentarios que llegan desde el oficialismo y sigue bregando por su propia idea de "unidad nacional", cuyos cuatro ejes transversales son trabajo, salud, educación y reconciliación.
in descuidar su añejo propósito de unificar las organizaciones sindicales, hoy lideradas por Hugo Moyano (CGT disidente) y Rodolfo Daer (CGT oficial), bajo el cono del enemigo común: el modelo económico neoliberal. Por eso fogonea desde la docta una "variable" alternativa o "modelo" de país distinto, más solidario y equitativo en la distribución de la riqueza, elaborado por un equipo técnico de heterogénea extracción. Opción económica que podría conocerse en la localidad cordobesa de Río Cuarto a fin de este mes, cuando a quince días de las elecciones el titular de la Pastoral Social junte a empresarios, sindicalistas, economistas y funcionarios en el ámbito del Encuentro de Constructores de la Sociedad.


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