En los últimos años se viene registrando un marcado incremento en la explotación industrial de la pesca en el río Paraná, principalmente en la región que comprende la zona de Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe. Esto produjo también un aumento de la captura comercial, que llega a volúmenes cercanos a las 25 mil toneladas por año, de las cuales un gran porcentaje se exporta y el resto se destina a consumo interno.
Esta realidad del patrimonio ictícola de la región tiene variados aspectos para el análisis. Varios factores ajenos a la naturaleza están afectando tanto a la calidad como a la cantidad de peces, como son la construcción del puente Rosario-Victoria o las represas a lo largo del Paraná, que han producido el cambio importante del hábitat. También contribuyen negativamente al problema la contaminación industrial, urbana y agrícola, la captura deportiva y comercial, la deforestación y la incorporación de especies exóticas.
El director de Fauna y Pesca de Entre Ríos, Esteban Puntín, afirmó que "Entre Ríos es una de las provincias que realiza la mayor actividad en lo que hace a la captura comercial, ya que sobre el total de las exportaciones participa en alrededor del 65 por ciento. Gran parte de esa explotación corresponde al sábalo, que dentro de la fauna ictícola representa el 60 por ciento de las especies que hay en la zona".
El funcionario aclaró que "Entre Ríos, como responsable de esa importante explotación de ese recurso natural, busca que esa tarea sea sustentable y que se pueda prolongar en el tiempo. El incremento de la actividad industrial no ha sido acompañada con una actualización de las leyes, por lo que hemos presentado en la Legislatura una serie de iniciativas para ordenar la industria de la pesca en nuestra región".
En ese sentido, explicó que "el río es compartido y por esa razón de nada valdría que Entre Ríos ajustara las políticas de control y fiscalización si en el resto de las provincias vecinas no se acompaña con la misma actitud. Nosotros tenemos contactos permanentes con pescadores de la zona de Villa Constitución, Rosario y San Nicolás, por ejemplo".
Destacó que hay pescadores villenses que capturan también en Entre Ríos y por eso se les exige el pago anual de una licencia y que respeten el uso de las redes, que deben tener 16 centímetros de nudo a nudo en la malla, y de las medidas de los sábalos, surubíes y dorados, contemplando los períodos de veda que se determinan.
Impacto sobre la fauna
Según el director de Pesca entrerriano, existen cinco factores que afectan la fauna ictícola. En primer lugar están las grandes obras de infraestructura, como las represas en el Alto Paraná o el puente Rosario-Victoria, que tienen un impacto directo sobre el hábitat de los peces y generan un efecto negativo sobre el recurso pesquero.
Otro factor son los niveles de contaminación industrial, urbana y agrícola, y en tercer lugar está la captura comercial y deportiva no racional. Los niveles de deforestación en el Alto Paraná le quitan riqueza al río porque también tienen un gran impacto. El quinto factor es la introducción de especies exóticas que no son compatibles con la fauna autóctona.
"La captura está provocando que cada vez haya más piezas pequeñas y en menor cantidad, porque también aumentó el número de pescadores y por lo tanto, de seguir así, se van a sacar peces que aún no se han reproducido y por consiguiente se cortará la cadena de sustentabilidad del recurso pesquero", advirtió Puntín.
"Los peces migran, desovan en el norte, bajan y se recrían en el valle aluvial del Delta Inferior del Paraná, para después crecer, salir al canal, madurar y volver a migrar hacia el norte para renovar el ciclo reproductivo, que según las especies, demora uno, dos o tres años", señaló.
Agregó luego que "nosotros hicimos una propuesta que presentamos en el Consejo Federal de Medio Ambiente y lo llevaremos al Crecenea para tratar que las políticas de controles sean observadas desde una línea regional. Todos estos problemas requieren que se implementen controles eficientes y coordinados en toda la zona", dijo el director de Pesca.
Además explicó que "las represas que se han construido tienen su impacto en las especies. No sólo la de Yacyretá sino también de Salto Grande, que ha dividido al río Uruguay en dos sistemas, uno hacia el norte y otro al sur. Peces que antes migraban por el Uruguay, hoy dan la vuelta y llegan a las áreas de desove por el Paraná, formando una interrelación biológica".
Al respecto señaló que "un trabajo realizado por la Comisión Administradora del Río Uruguay (Caru) da cuenta que se marcaron cientos de ejemplares de bogas y sábalos en el río Uruguay y luego fueron detectados en el Paraná, en las zonas de Corrientes, Rosario, Paraná, Diamante, San Pedro y Ramallo".