Año CXXXIV
 Nº 49.233
Rosario,
sábado  08 de
septiembre de 2001
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El golpe de gracia: Un espejo posible de la Argentina

Silvio M. Valli

Medellín, ciudad colombiana, que en la atroz película "La virgen de los sicarios" de Barbet Schroeder ("Mi secreto me condena", "La reina Margot"), que por esos días se exhibe en Rosario, deviene Me-trallín o Mea-dellín, de connotaciones obvias, en las autobiográficas novelas del nihilista escritor Fernando Vallejo, tituladas "El río del tiempo" y "Entre los fantasmas", en las cuales se basa el filme.
Sicario es un asesino a sueldo, que se remonta a Judas Sicariote (no Iscariote) que portaba una daga corva llamada sicario y que en la película "La virgen de los sicarios" ha sido reemplazada por potentes armas de fuego, que terminan con la vida de propios y extraños. La vida, hoy en el 2001, en Medellín, vale también, menos que la bala (o las balas) que se utiliza para segarla.
Ay . . . hispano, luso, afro, indoamérica, nunca América Latina (Nati Mistral dixit) . . . tan cerca de los Estados Unidos y tan lejos de Dios. Porque la injusticia social se convierte en Medellín, también, en la "infamia de Dios", dirá el protagonista que después de 30 años regresa a morir, no sin antes ser testigo de un día en la muerte de los chicos de la calle, adolescentes cuyo máximo y único ideal en la vida es tener un jean, unas calzas, una remera de marca o una moto.
En "La virgen de los sicarios", nuestra María Auxiliadora, mezclado entre íconos de yeso, iglesias tomadas por desangelados drogados, cementerios y muerte, sobrevuela musitado un rezo a la virgen: "No basta con matar, hay que rezar" instruía a los jóvenes el narco Pablo Escobar Gaviria. El sentido fetichista de la religión lleva a los jóvenes sicarios a rezarle . . . a las balas.
"La virgen de los sicarios" es un espejo ¿adelantado? de una realidad continental que abarca también a la Argentina, producto de la hipocresía y la mendacidad de mandatarios venales y la inequidad social.
Como escribió Fernando Vallejo: "Maten, roben, extorsionen y secuestren, pero eso sí, háganlo con cabalidad para que se queden con lo que quede de Colombia".


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