Empresarios y sindicatos estadounidenses unieron ayer esfuerzos para instar al Congreso a aprobar una amplia reforma de las leyes de inmigración que legalizaría la situación de varios millones de trabajadores indocumentados. El argumento es que son necesarios para la economía del país y que el sistema actual no funciona.
"Pienso que nadie puede disputar creíblemente que el sistema actual ha fracasado", dijo a la Comisión Judicial del Senado el presidente del mayor sindicato del país, AFL-CIO, John Sweeney. "El sistema existente alienta a la manipulación por parte de empleadores inescrupulosos que se esconden tras él para explotar e intimidar a los trabajadores. Sin embargo, no ha servido para impedir el flujo de inmigrantes indocumentados hacia Estados Unidos", explicó Sweeney.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, Thomas Donohue, expresó a la Comisión del Senado que la necesidad de trabajadores inmigrantes aumentará sustancialmente a medida que la economía del país se expanda y la generación actual de empleados se retraiga en los próximos 30 años. Donohue dijo al panel que esas dos tendencias se combinarán para crear en el futuro una escasez de trabajadores que "si no es resuelta a tiempo lesionará a las empresas estadounidenses, especialmente las pequeñas, e impedirá en gran medida el crecimiento económico".
También señaló que, según estadísticas del gobierno, para el año 2008 la economía de Estados Unidos tendrá unos 161 millones de empleos, pero sólo 154 millones de trabajadores. Las necesidades más imperiosas serán en los empleos de bajos salarios, cubiertos por personas sin calificación.
El aspecto de la inmigración estuvo esta semana en el centro de las discusiones entre los presidentes de Estados Unidos y México, George W. Bush y Vicente Fox, respectivamente. Fox instó a los legisladores estadounidenses en un discurso pronunciado anteayer en una sesión conjunta del Congreso para legalizar el estatus de unos tres millones de trabajadores mexicanos indocumentados para finales de este año.
Los legisladores del opositor Partido Demócrata dicen que tratarán de lograr la aprobación de una reforma mucho más amplia en las leyes de inmigración, a fin de que se legalice el estatus de varios millones de trabajadores indocumentados de todas las nacionalidades, no sólo de los mexicanos.
Sin embargo, una amnistía más amplia enfrenta una fuerte oposición de los legisladores del gobernante Partido Republicano, quienes aducen que la medida no es justa para otros inmigrantes ilegales que llevan años esperando pacientemente por la conclusión de sus procesos legales para obtener la residencia en Estados Unidos.
La Casa Blanca se opone a conceder una amnistía general para todos los inmigrantes ilegales y ha dicho que está dispuesta a establecer un programa de visas temporarias para los trabajadores indocumentados. (Reuters)
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