Skopje. - El Parlamento macedonio aprobó ayer en principio el acuerdo de paz que deberá sellar el fin del conflicto con la guerrilla albanesa, con una mayoría superior a la esperada. La aprobación fue lograda tras un extenuante debate que comenzó el viernes pasado y terminó en las primeras horas de ayer, con 91 votos a favor y sólo 19 en contra: la mayoría de dos tercios que requiere la ley era de 80 votos.
Desde el comando de "Essential Harvest" (Cosecha esencial), la misión de la Otán encargada de recoger las armas depuestas por los rebeldes albaneses, se lanzó de inmediato la orden de reanudar las operaciones. "Las actividades están nuevamente en curso y la recolección se retomará a la brevedad", confirmó el mayor de carabineros Francesco Atzeni, vocero italiano de la misión. En esta segunda fase del desarme participarán por primera vez también los soldados de la brigada Sassari, responsables de constituir la llamada "fuerza de extracción", que en caso de incidentes deberá garantizar la retirada de los soldados británicos encargados de la recolección y registro de las armas depuestas por los rebeldes.
La primera zona a la que llegará esta segunda fase de las operaciones es Radusa, pequeño pueblo en manos de la guerrilla 35 kilómetros al noroeste de la capital, donde el UCK se apresta a entregar también dos tanques y un vehículo blindado.
Arsenal del UCK
El plan de paz prevé que en los próximos días la guerrilla entregue a la Otán el segundo tercio de su arsenal, calculado en 3.300 armas (en la primera fase ya entregaron 1.210). Sólo en ese punto el Parlamento comenzará a discutir la reforma constitucional contenida en el plan de paz, un procedimiento autorizado con la votación de ayer.
La Comisión de Asuntos Constitucionales, tal vez ya a partir del 15 de septiembre, deberá decidir sobre la modificación de 15 artículos de la Constitución (por un total de 39 enmiendas) para atribuir mayores derechos a la minoría albanesa sobre todo en el uso de la lengua, en la instrucción, el enrolamiento en las fuerzas de policía y el uso de su bandera. Se trata de un pasaje delicado, que seguramente encontrará resistencia en parte de los parlamentarios macedonios, incluso entre aquellos que ayer se manifestaron favorables al plan.
El resultado de la votación, en efecto, se daba por descontado, sobre todo después del apoyo expresado por el primer ministro, Ljubco Georgevski, líder del VMRO-DPMNE, partido nacionalista que posee mayoría relativa en el Parlamento.