La administración del presidente norteamericano George W. Bush cambió la posición del pasado gobierno de Bill Clinton en la controversia por posible monopolio del gigante informático Microsoft. Ayer, el Departamento de Justicia informó que no buscará la división de Microsoft en dos empresas y que insistirá en encontrar "tan rápido como sea posible" una salida al caso "antimonopolio". Abandonando la línea agresiva de la anterior administración en el caso que dura ya tres años, el Departamento de Justicia de Estados Unidos dijo también que dejará de respaldar la denuncia contra Microsoft que consideraba que había enlazado ilegalmente su programa "navegador" Internet Explorer a su sistema operativo Windows. La División Antimonopolio del Departamento de Justicia comunicó ayer a Microsoft que no buscará la división de la compañía. La demanda de las autoridades contra el gigante de la informática creado por Bill Gates comenzó en 1998. Tras tres años de disputa judicial, el gobierno "busca aligerar el caso con el objetivo de conseguir un remedio tan rápido como sea posible", agregó el comunicado. La división de Microsoft fue decidida el año pasado por el juez federal Thomas Penfield Jackson, tras la demanda presentada por el Departamento de Justicia y 20 estados del país por abuso de su posición dominante. En junio pasado, un tribunal de apelaciones anuló la división del gigante informático de Redmond (Washington), pero validó el veredicto de culpabilidad contra la compañía. La nueva jueza encargada del caso fijó para el próximo día 21 una audiencia para hacer una evaluación de la situación de la demanda. Ahora, la Justicia deberá decidir las sanciones que impondrá a la compañía gigante del software, para impedir que cometa nuevos abusos gracias a su monopolio en el mercado de sistemas operativos de computadoras personales. El tribunal también determinará si la compañía violó la ley al enlazar su "navegador" Internet Explorer con su sistema operativo Windows. Los observadores del caso estiman que la decisión del gobierno norteamericano de abandonar también el litigio que mantenía con la empresa por la vinculación de programas informáticos, fue puesta en práctica luego que la firma anunciara su renuncia a obligar la inclusión del navegador Explorer en las computadoras que contuvieran algunas de las versiones de Windows. La idea del gobierno es poner un punto final a este dilatado caso "en vista de la unánime decisión de la Corte de Apelaciones de que Microsoft mantuvo ilegalmente su monopolio en los sistemas operativos de computadoras -el argumento central del caso-, el departamento cree que ha sentado una base para un remedio que ponga fin a la conducta ilegal de Microsoft, evite su recurrencia y abra el mercado de los sistemas operativos a la competencia", dijo el Departamento de Justicia. Por su parte, un portavoz de Microsoft dijo escuetamente que los responsables de la compañía "continúan comprometidos en resolver el caso". Este espaldarazo de la administración Bush se tradujo en un salto de la cotización de las acciones de Microsoft, la cual más tarde se moderó un poco.
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