La decisión de la candidata a senadora nacional por el justicialismo y ex secretaria de Promoción Comunitaria Roxana Latorre de reintegrarse a su banca de la Cámara de Diputados de la Nación pese a haber abandonado sus funciones en el gabinete provincial el 14 de agosto pasado invocando que "no se puede ser candidata y funcionaria a la vez", generó una mezcla de estupor e indignación ayer en la Legislatura santafesina.
"Es una verdadera locura que Latorre se reintegre a sus funciones como diputada", disparó ayer un diputado de la Alianza Santafesina oriundo de Rosario apenas se enteró de la novedad, poco después de concluir la sesión de la Cámara baja santafesina. La actitud de la ex funcionaria provincial también fue censurada en duros términos por varios senadores, quienes calificaron de "desatinada" la decisión adoptada por Latorre.
Según trascendió ayer en medios políticos de la capital santafesina, la ex directora del Complejo Educativo Gurruchaga de Rosario se amparó en la resolución de la Cámara de Diputados de la Nación, que al aprobar su pedido de licencia para incorporarse al gabinete provincial en diciembre de 1999 determinó que la misma se extendería hasta que cesara en sus funciones al frente de la Secretaría de Promoción Parlamentaria.
Con todo, la justificación ensayada por allegados a la ex funcionaria, lejos de conformar a los legisladores provinciales, causó aún más escozor: "Aunque formalmente la autorice una resolución parlamentaria, lo de Latorre es una caradurez, porque fue ella misma quien reconoció públicamente la incompatibilidad ética entre una candidatura y un cargo".
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La Ciudad
