Jorge Sansó de la Madrid
La nueva protesta nacional de piqueteros terminó ayer en Santa Fe con un gran despliegue policial, manifestantes corriendo y rompiendo vidrieras, unos 25 detenidos (aunque según el parte oficial fueron 18 los arrestados, dos de ellos menores de edad) y casi una decena de heridos. Una hora de tensión que alteró a la capital provincial y, seguramente, los nervios de las autoridades. Esta primera gran batahola coincidió, para colmo, con el anuncio oficial del fondo de crisis generado por el acceso a un crédito del Banco Mundial, que el gobernador Carlos Reutemann y el ministro de Hacienda, Juan Carlos Mercier, firmaron pocas horas antes con la Nación. Mantener a Santa Fe fuera de la crónica (máxime la televisiva nacional) que registra a diario luchas y conflictos sociales, es considerada una alta prioridad en la Casa Gris, por lo que lo ocurrido ayer lejos está de pasar desapercibido. Al menos en el Ministerio de Gobierno, donde Lorenzo Domínguez cumple hoy dos semanas en el cargo. Unos 250 desocupados, en su mayoría provenientes de barriadas periféricas, comenzaron a hora temprana a caminar por las calles de la capital provincial. La marcha respondía así a la consigna de cortar calles y rutas lanzada desde el congreso piquetero realizado días atrás en La Matanza: repudiar el modelo económico y reclamar empleo. Nada hacía presagiar un final que lejos estuvo de la calma de otras manifestaciones similares y recientes, pero que respondió al libreto de siempre: la policía diciendo que actuó forzada por las circunstancias y los manifestantes replicando que reaccionaron ante una represión innecesaria. Según las autoridades policiales, el operativo de seguridad preveía que los desocupados intentarían cortar el viaducto Oroño (el puente que cruza la laguna Setúbal) para interrumpir el tránsito que, vía túnel subfluvial, proviene de Entre Ríos y los distritos costeros santafesinos, y luego se dirigirían a la Casa de Gobierno. Efectivamente, la columna se dirigió al puente, pero un cordón de uniformados los disuadió del intento, con lo que la marcha se encaminó hacia lo que parecía ser el otro objetivo programado. Sin embargo, alterando sus planes o las previsiones oficiales, los piqueteros fueron a la peatonal San Martín y levantaron una barricada de cubiertas incendiadas frente a la Bolsa de Comercio. A partir de ese momento, comenzaron los enfrentamientos. Los manifestantes aseguraron que la policía actuó movida por el nerviosismo que les produjo el curso improvisado que tomó su protesta, pero, fundamentalmente, enfatizaron que fue porque habían decidido reclamar frente a la Bolsa. Desde la policía se indicó que su intervención fue exigida por el desborde que en ese momento comenzó a evidenciar la concentración, y que se intentó desalojar la peatonal a raíz de que algunos manifestantes se habían colgado de los toldos de los comercios linderos al edificio. La orden no fue acatada -siempre al estar de los jefes de la fuerza- y ello generó los graves enfrentamientos. Para entonces, la columna se había dividido y otro grupo marchaba por Salta hasta la Municipalidad, ubicada a pocas cuadras sobre esta misma calle. En el trayecto quedaron las huellas de los enfrentamientos: varios comercios con sus vidrieras destrozadas. En tanto, los vidrios de la puerta principal del Palacio Municipal sufrieron el impacto de piedras u otros objetos contundentes. Similar suerte corrieron algunos vehículos estacionados en las cercanías. Estos hechos hicieron que la policía emprendiera una persecución por más seis cuadras hasta el cruce de Salta y avenida Freyre, donde se desencadenó otro enfrentamiento. Fue en ese momento cuando se hizo visible en toda su magnitud el despliegue policial, que incluyó casi un centenar de patrulleros y el doble de efectivos de comandos y otros grupos especiales de la fuerza. Paradójicamente, también producto de la concentración policial, quedó cumplido el objetivo de la protesta, que hasta entonces no se había logrado: el corte, por un buen rato, de la calle. Los detenidos fueron alojados en la seccional 1ª y quedaron a disposición de la Justicia. Ocho uniformados sufrieron heridas leves.
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